CUERPO, MENTE Y ESPÍRITU
En este artículo vamos a centrarnos en la importancia de cuidar nuestra mente. O más bien mentes, porque recordemos que tenemos varias:
La mente consciente, la que nos condiciona, nos presiona, y nos mantiene en el presente.
La mente inconsciente, que rige el 95% de nuestras acciones. Sí sí, has oído bien, solo el 5% de nuestras decisiones están tomadas desde el consciente.
Te invito a pensarlo por un momento.
¿Cuáles serían esas decisiones que tomas de manera consciente?
Pues ya te lo digo yo bien pocas.
Cuando elaboras una lista de la compra, cuando planeas un viaje, cuando realizas una operación matemática…en esos casos estás usando la mente consciente, por supuesto.
Pero el resto, la creatividad, los sueños, las fantasías, las acciones involuntarias y los pensamientos automáticos los rige el subconsciente.
Porque realmente venimos programados a nivel inconsciente para actuar de determinada manera ante determinadas situaciones.
Gran parte de esos programas se instalan durante nuestra infancia, en nuestro entorno familiar, social y cultural. Incluso con algunos de ellos nacemos ya programados de serie por nuestro transgeneracional, por las vivencias de nuestro clan familiar.
Pero, si bien es cierto que esa programación no la hemos podido evitar y por lo tanto no somos “culpables”, sí que es nuestra RESPONSABILIDAD (la primera R de nuestro método 3R-LIFE) hacer conscientes estos programas.
Una vez que hemos tomado esa responsabilidad debemos tomar ACCIÓN para sustituirlos por otros que nos beneficien más, por nuestra propia salud (lo que sería la REPROGRAMACIÓN MENTAL, segunda R de nuestro método).
Insisto, es bien importante cuidar esa parte, aprender a reconocerla, a identificar esas creencias que se han instalado en nuestro inconsciente y que nos están condicionado en todos los ámbitos de nuestra vida, el laboral, el familiar, el sentimental, el económico…
Y tan importante es también cuidar nuestros pensamientos que generan emociones que muchas veces no expresamos, que nos guardamos y que se quedan enquistadas y bloqueadas.
Porque estas emociones acaban manifestándose también en nuestro cuerpo en forma de síntoma o enfermedad, porque ese es el lenguaje de nuestro cuerpo, es la manera en que él nos da un toque de atención para avisarnos de que algo no marcha bien a nivel emocional.
Las emociones en sí mismas no son ni buenas ni malas, son biológicas y por lo tanto necesarias para nuestra adaptación, pero sí es cierto que si mantenemos aquellas que consideramos “negativas” (rencor, rabia, culpa, etc…) más tiempo del necesario se convierten en tóxicas y es cuando se enquistan y provocan enfermedades
Sin embargo, hay que tener en cuenta que estar enfermos también tiene sus beneficios…
¿Te parece una locura lo que te acabo de decir?
No te preocupes, ahora lo vas a entender mejor.
Cuando hablamos de beneficios estamos hablando en la mayoría de los casos de beneficios inconscientes. Por supuesto, nadie decide ponerse enfermo por gusto. Pero a nivel inconsciente hay una ganancia, y esa información se transmite al cuerpo que es el que enferma para obtenerla.
Vamos a poner algunos ejemplos que ilustran mejor esto que te estoy contando:
1- Cuando estás enfermo recibes más atención, más cariño de tus seres queridos, pareja, hijos, amigos…
2 – Si por ejemplo no te gusta tu trabajo, o tienes problemas con tu jefe o compañeros, enfermar e incluso que te den la baja médica es una manera legal de evitar ir a trabajar.
3- Quizás tienes una discusión que enfrentar, una reunión o un evento al que no quieres asistir…y justo antes te pones enfermo para no tener que pasar por ese mal trago.
4- Puede resultar una manera de victimizarte y manipular a tu entorno para que sientan que tienen que cuidarte o tienen que atenderte y estar más cerca de ti.
5- A veces simplemente tu cuerpo necesita un descanso que tú no le estás permitiendo, y él decide pararte… ¿cuál es su manera de hacerlo?. Lo has adivinado, ¡enfermando!
Estos son solo algunos ejemplos e insisto que la mayoría de las veces no somos conscientes de estos beneficios que intentamos conseguir, pero el cuerpo es sabio y capta perfectamente el mensaje de nuestro inconsciente.
Por eso es fundamental que aprendamos a escucharlo y que cuando aparezcan síntomas te pares a pensar en tu situación para averiguar cuál puede ser la causa para que se manifiesten de esa manera.
Espero que este artículo haya conseguido darte una nueva perspectiva de la enfermedad.
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