Las 5 causas más comunes de la secreción vaginal purulenta:
1. La vaginitis, sobre todo de tipo tricomoniasis
2. La cervicitis
3. La endometritis
4. La salpingitis
5. El absceso tubo-ovárico
La gravedad de la enfermedad y los métodos terapéuticos dependen del agente que la causa, que en cualquier caso debe ser determinada por un especialista.
La tricomoniasis como el primer factor causante del flujo amarillo-verdoso
La vaginitis por tricomonas (inflamación de la vagina) es provocada por la Trichomonas vaginalis. Se considera que ocupa el tercer lugar entre los otros tipos de patologías vaginales, siguiendo a la candidiasis y la gardnerellosis. Es una enfermedad de transmisión sexual con una tasa del 75% de contagio.
Los síntomas típicos de la infección por tricomonas incluyen secreción espumosa profusa y líquida, que puede ser de color amarillo, verde claro o gris, con un olor desagradable. Entre otros síntomas están la picazón, ardor, enrojecimiento e hinchazón de los genitales externos. La microflora normal activa la regeneración de las tricomonas. Por lo tanto, el nivel de pH en la vagina aumenta rápidamente, creando un entorno alcalino que se torna problemático con la unión de otras infecciones. También es importante saber que los síntomas de vaginitis se vuelven más agudos inmediatamente después del período, ya que la menstruación supone un aumento natural a corto plazo del nivel de pH.
Al consultar a un especialista sobre la presencia de una secreción vaginal verdosa por tricomoniasis, él puede prescribir un tratamiento eficaz a base de antibióticos.
La cervicitis como segundo factor causante del flujo vaginal verde
En presencia de cualquier infección cervical, el flujo adquiere una coloración verdosa y mal olor. Los microorganismos más propensos a provocar cervicitis incluyen al gonococo (Neisseria gonorrhoeae) y la clamidia (Chlamydia trachomatis). Sólo estas dos bacterias son capaces de causar una cervicitis mucopurulenta.
La cervicitis se puede distinguir de otras enfermedades, en primer lugar, a través de un examen a fondo, durante el cual se identifica un enrojecimiento o sensación de dolor al tacto. Esto también ayudará al especialista a detectar la presencia de secreción purulenta de color verde o amarillento en el orificio cervical. Sin embargo, el daño en los órganos superiores (útero o anexos) no se detecta durante el examen.
La endometritis como tercera causa del flujo vaginal verde
La endometritis es una enfermedad infecciosa de la mucosa uterina. Puede complicarse por la inflamación general de los órganos pélvicos. Las manipulaciones instrumentales intrauterinas o una ruptura uterina, por ejemplo, una operación de cesárea, el curetaje del útero, los abortos, la inserción de un dispositivo intrauterino, son algunos de los factores de riesgo de la endometritis.
Los síntomas de endometritis aguda incluyen:
? Antecedentes de la integridad del útero perturbada
? Fiebre
? Secreción con sangre y un color verdoso
Un ginecólogo puede detectar la sensibilidad del útero, así como su consistencia suave y el aumento de tamaño. Dependiendo de las particularidades individuales de cada caso, el médico podrá prescribir la dosis de antibióticos necesaria para la recuperación.
La salpingitis aguda como cuarta causa del flujo verdoso
La inflamación de los anexos uterinos (trompas y ovarios) parece ser la complicación grave más común de las enfermedades de transmisión sexual. Puede ser provocada por la infección de gonorrea, la tuberculosis, la clamidia, micoplasma, varios virus y otras bacterias. El cambio frecuente de parejas sexuales, la falta de visitas regulares a un ginecólogo para exámenes preventivos, el auto-tratamiento, la anticoncepción intrauterina y el tabaquismo también se consideran como factores de riesgo. No sólo la enfermedad en sí, sino también sus posibles consecuencias, representan gran amenaza para la salud de la paciente.
? Infertilidad
? Disposición de embarazo ectópico
? Absceso tubo-ovárico
? Dolor pélvico crónico
? Relaciones sexuales dolorosas
? Procesos adherentes
El síntoma más distintivo de esta patología es el dolor, leve, fuerte o crónico, dependiendo del tipo de la inflamación. El dolor puede sentirse tanto en uno como en los dos lados. Se puede observar un aumento de la secreción vaginal, que además adquiere un tono verde claro y mal olor. Un sangrado anormal y perturbaciones en la micción también son posibles síntomas. El aumento de la temperatura corporal es un síntoma muy frecuente. Todos los síntomas tienden a empeorar después de del período, incluso a veces se acompaña de náuseas y vómitos.
Ante la observación de estos síntomas, se debe consultar inmediatamente a un ginecólogo, quien será capaz de descartar otras enfermedades con síntomas similares, como la apendicitis aguda, la inflamación de los uréteres y los intestinos, la endometriosis, la torsión de los anexos uterinos, la complicación de un quiste, entre otras. El tratamiento de la salpingitis aguda requiere una medicación germicida intensiva.
El absceso tubo-ovárico como quinta causa del flujo vaginal verde
La salpingitis aguda puede convertirse en un absceso tubo-ovárico, es decir, la infección del ovario y una parte del tubo. La materia purulenta puede estar acumulada en el absceso o fuera de él. Los síntomas son casi idénticos a los de la salpingitis (dolor, fiebre, descarga purulenta verdosa), por lo tanto estas dos patologías pueden ser distinguidas solamente por un especialista, después de realizar varios exámenes. Entre ellos, la ecografía es especialmente indicada.
En estos casos el tratamiento puede limitarse a las inyecciones intravenosas de antibióticos, o puede requerir intervención quirúrgica, eso depende del grado de complicación.
Los medios de prevención contra la inflamación anexial incluyen:
? Visitas preventivas anuales a un ginecólogo después del inicio de la vida sexual
? El tratamiento completo y oportuno de las infecciones de transmisión sexual
? El uso de métodos anticonceptivos de barrera (preservativos) en caso de cambio frecuente de parejas sexuales, así como el consumo de anticonceptivos hormonales en el caso de tener una relación monógama.