Y para ello, vamos a ayudarnos de los alimentos!!! Si si, ahí donde los veis, los alimentos pueden ser unos grandes aliados cuando asumimos que queremos dejar de fumar (creo es el primer pasito!).
Pero cuando se decide dar el paso, otras cuestiones pueden determinar de manera clave el posible éxito o fracaso del intento: la ansiedad, el miedo al mono, la difícil situación sin el cigarrillo después de comer o el miedo a engordar. Es precisamente este último aspecto el que lleva de cabeza a muchos fumadores, que asocian el cese a un aumento proporcional de los kilos.
Para evitar todo esto, vamos a hacer una pequeña lista de los alimentos y grupo de alimentos que nos pueden venir bien y otros que nos perjudican cuando queremos dejar de fumar, no coger muchos kilos y depurar el organismo.
Para empezar, una cosa simple: No saltarse ninguna comida. Si nos saltamos alguna, a la siguiente llegaremos con mas hambre, mas ansiedad y con mas ganas de coger un cigarrillo!
Hay alimentos que empeoran el sabor del cigarrillo, como las frutas, las hortalizas o los productos lácteos. Y son los lácteos los que dan peor sabor al cigarro. De hecho, se recomienda tomar un vaso de leche, un trozo de queso o un poco de yogur antes de echarse el cigarro a la boca porque empeora mucho el sabor del cigarro.
Por el contrario, consumir abundante carne, alcohol o café produce el efecto contrario, ya que realza su sabor, haciendo más atractivo el hábito de fumar.
Bueno, aparte de esta pequeña introducción, quiero centrarme un poco más en las vitaminas que nos pueden ayudar:
-Alimentos con vitamina C El cigarro hace que nuestro cuerpo absorba bastante menos vitamina C que un no fumador. Es un antioxidante natural que previene la aparición de sustancias cancerígenas (kiwi, naranjas, fresas, pimientos...)
-Alimentos con vitamina A (alimentos principalmente con colores rojos o naranjas), tienen una acción protectora sobre los pulmones. En este grupo tenemos la zanahoria, calabaza naranja, tomate, etc.
-Legumbres y alimentos con fibra Estos, aparte de vitaminas y minerales, aportan mucha fibra, y aumentan el tránsito intestinal, que muchas veces tambien se ve afectado en fumadores.
-Infusiones, zumos o jugos Tienen un efecto diurético, depurador. Además, ayudan rapidamente a recuperar las vitaminas y minerales que el cuerpo ha perdido con el hábito de fumar. Además, el café diario podemos sustituirlo por una infusión, o un simple colacao, que tiene leche (y empeora el sabor). El café ayuda a no dejar el hábito, porque igual que el alcohol o la carne (roja sobre todo), tienden a hacer más atractivo el sabor del cigarro.
Alimentos no apropiados para consumir cuando se quiere dejar de fumar.
-Alimentos con muchas kcal. Todos sabemos los alimentos que no nos vienen bien cuando no queremos coger kilos: chocolate, embutidos, carnes rojas, pasteles.. Aparte las carnes rojas y los azucares refinados aumentan las ganas de coger un cigarrillo y mejoran el sabor del mismo.
-Alimentos con azúcares refinados. Como he mencionado antes, son un gran aporte de kcal, no nos aportan nada de nutrientes y encima mejoran el sabor del cigarro. Son los peores aliados para dejar de fumar.
-Excitantes. como el café, chocolate, bebidas energizadas (red bull y similares), chocolate... El dejar de fumar ya de por si produce un estado de nerviosismos al organismo (el llamado "Mono"). Si además aumentamos este nerviosismo al cuerpo, no solo vamos a tener una crisis de ansiedad tremenda, si no que será mucho mas probable que volvamos a coger el cigarro.
Aparte de esto, los beneficios que obtendremos al dejar de fumar, son:
A los 20 minutos:
La presión arterial baja a su nivel normal.
El ritmo cardíaco desciende a la cifra normal.
La temperatura de los pies y de las manos aumenta a su punto normal.
Pasadas 8 horas:
La concentración de monóxido de carbono en la sangre baja a su nivel normal.
La concentración de oxígeno en la sangre sube a su nivel normal.
A las 24 horas:
Disminuye el riesgo de sufrir un infarto cardíaco.
Una vez cumplidas las primeras 48 horas:
Las terminaciones nerviosas comienzan a regenerarse.
Aumenta la agudeza del olfato y del gusto.
Caminar se vuelve más fácil.
De 2 a 3 semanas:
Mejora la circulación.
La función pulmonar aumenta hasta en 30%.
De 1 a 9 meses:
Disminuyen la tos, la congestión nasal, la fatiga y la falta de aliento.
Vuelven a crecer cilios en los pulmones, lo que aumenta la capacidad para arrojar flemas y
resistir a las infecciones.
Un año después, el riesgo de padecer insuficiencia coronaria es 50% menor que el de un fumado.
De todas maneras, veo más saludable dejar de fumar y coger 2 o 3 kilos. Aunque realmente no se tiene porque engordar!
¿Te apuntas a un hábito sano?
¡La salud es vida!