Por otra parte, para llevar a cabo estos procedimientos es común que el bariatra indique una endoscopia, estudio que se realiza mediante la introducción de una cámara diminuta en el órgano o la parte del cuerpo donde se intuye está el origen del problema.
Este análisis permitirá identificar patologías como crecimiento atípico o inflamación de los órganos y tejidos, úlceras y otras anomalías de manera rápida y mínimamente invasiva, por lo que, lejos de ser un costo añadido, supone un avance certero en el diagnóstico y con ello, también una forma efectiva de ahorrar.
Posteriormente, y una vez que se han identificado las causas, el médico propondrá a su paciente una estrategia para perder peso que también será de utilidad para mejorar el estado general de salud por medio de la observación y control de las comorbilidades.
Más adelante, de encontrarlo necesario, el médico determinará qué procedimiento resulta el más adecuado para tratar la obesidad, evaluando una variedad de alternativas que incluye la manga gástrica, el balón y el bypass gástrico: todas ellas, adecuadas para apoyar el tratamiento de enfermedades metabólicas, diabetes, hipertensión arterial o riesgo cardiovascular.
Entre las bondades de estos procedimientos, destaca el que son mínimamente invasivos, puesto que se realizan mediante cirugía laparoscópica (para la manga gástrica) y endoscopía (para el balón gástrico).
Ambos métodos representan una oportunidad para comenzar una vida distinta y saludable, aunque para mantener los resultados es preciso comprometerse a llevar una dieta balanceada y un plan de ejercicios, los cuales son prescritos también por el especialista.
Ahora bien, como decíamos al comienzo de este artículo, tras conocer los beneficios de estas consultas, tratamientos e intervenciones, es lógico preguntarse cuánto se ha de invertir (sopesando, por ejemplo, el precio de la endoscopia, la atención médica, los fármacos y cuidados post operatorios en caso de requerirse una intervención) e intentar conseguir un balance respecto a los gastos con los que ya se tienen. Sin embargo, al ser la salud el número uno en la lista de las prioridades, una de las mejores inversiones es convencerse de no escatimar en ella.