Desde que naces y hasta aproximadamente los 5 años, tus papás son los que deciden qué ropa vas a usar para estar cómoda y verte muy linda, pero llegas a una edad en la que aunque aun seas pequeña, empiezas a decidir que quieres usar, no importa si combina o no, simplemente tienes ganas de usar ese vestido de princesa que sólo era para las fiestas y ¡es un lunes!
Cuando llegamos a la adolescencia, el estilo que usamos es más por moda que por pensar en tener un estilo propio, sólo lo usamos porque “es lo de hoy” o porque “lo usan mis amigas y se ven bien“… Comenzamos a salir más y a mostrarnos al mundo y al mismo tiempo nos encontramos con el rechazo hacia nosotras mismas y a dejarnos llevar por lo que vemos en las redes sociales, escaparates de tiendas, etc., sin darnos cuenta que ahí es cuando empezamos a crear inconscientemente nuestra propia identidad, y lo ideal sería hacerlo sin pensar en “el que dirán”.
En la edad adulta comúnmente el estilo está relacionado con la profesión o a lo que te dedicas, si eres abogada te dicen que uses traje sastre, si eres doctora deberás andar en bata todo el día… Y no tiene que ser así.
¿Consideras que tienes un estilo propio? O simplemente ¿te has dejado llevar por lo que ves o lo que te dicen?
Lo ideal es que empieces a identificarte con tu propia esencia y tus propios gustos. Porque una ingeniera puede andar en tacones en la obra, estar cómoda y ¡sentirse fabulosa!
Llegar a tener tu estilo propio no es cosa del otro mundo, sólo tienes que ser tú misma, sentirte bien y feliz con lo que tengas en tu guardarropa y ¡decidas vestir!
Puedes comenzar a crear tu propio estilo, usando cosas que te hagan sentir a gusto en relación a tu edad y tu tipo de cuerpo, por ejemplo, y así sacar el mayor provecho a tus outfits de todos los días.
¡Diviértete!