Aunque no lo parezca, tenemos en nuestro cuerpo varios glúteos. El todos conocen es el glúteo mayor, que es el músculo encargado de extender el muslo hacia atrás. Pero tenemos otros 2: el glúteo medio y el glúteo menor, ambos encargados de abducir o separar de la línea media del cuerpo el muslo. En este vídeo nos centraremos en el glúteo medio, que se sitúa en la cara lateral de la cadera y que aquí te enseñaremos a fortalecer.
¿Por qué es necesario el fortalecimiento del glúteo medio?
Muchos hacen esta pregunta. ¿No es el glúteo mayor el más importante a la hora de trabajar por su volumen e importante función? La respuesta es que tanto el glúteo mayor como el medio son importantes para trabajar. El glúteo medio nos ayuda a mantener una buena alineación de las piernas y una marcha estable, además de mantener una posición más simétrica y estable. El glúteo mayor participa en el movimiento de llevar la pierna hacia atrás durante la marcha. Ambos glúteos pueden debilitarse si no son trabajados.
Pero ¿cómo es que debemos trabajar el glúteo medio? Pues con el mismo movimiento que realiza: separando la pierna de la línea media del cuerpo.
Ejercicios para el fortalecimiento del glúteo medio
Para comenzar necesitamos acostarnos de lado. La flexión de las rodillas puede realizarse para mayor estabilidad, pero si la persona lo desea puede omitir esta flexión.
Partiendo de esta posición se pide elevación de la pierna que se encuentra arriba y se mantiene la posición.
Otro ejercicio se puede realizar partiendo de la misma posición inicial descrita. Esta vez, en lugar de elevar la pierna se le pedirá una rotación externa, es decir, llevar la rodilla hacia el techo, como si abriéramos la tapa de un libro.
Existe un tercer ejercicio, producto de la combinación entre el primer y segundo ejercicio: se eleva la pierna y una vez arriba se realizan movimientos circulares.
Siguiente, uno de los ejercicios de mayor dificultad debido a que es necesaria la coordinación y el mantenimiento de la alineación: partiendo de la posición final del ejercicio de rotación externa le pediremos a la rodilla que vuelva a la posición inicial, mientras que el pie en vez de acompañar el movimiento se aleja e intenta tocar el techo. A partir de esta posición final podemos crear un nuevo ejercicio: cuando el pie apunta hacia el techo se eleva la pierna.
Diana Gallego
12/06/2017