Si no sabes cómo están tus niveles de colesterol, debes acudir al médico para que evalúe tu caso en particular y valore la necesidad de prescribirte, o no, un tratamiento farmacológico adecuado. Pero, en cualquier caso, seguir estas recomendaciones va a venirte bien:
La alimentación que te conviene. Para controlar la concentración de colesterol en sangre se requiere algo tan fácil como seguir una dieta equilibrada, muchos mas cuando cuando estamos haciendo dietas para ejercicios variada y baja en grasa saturada y trans. Esta también debe contener niveles óptimos de ácidos grasos omega 3 y mucha fruta y verdura fresca. Más secretos para lograrlo.
Además de tener en cuenta las grasas, para regular el colesterol necesitas seguir otras pautas: reducir azúcares, potenciar la fibra y tomar suficientes legumbres te va a ayudar a lograr este objetivo
¿Cuantos tipos de colesterol hay?
El colesterol Malo:
Se produce en el hígado y llega a todas la células del cuerpo pero cuando su concentración aumenta demasiado se empieza a acumular en las paredes arteriales.
El colesterol Bueno:
Su misión es transportar el colesterol que hay en los tejidos (incluido el que está en las paredes arteriales) de nuevo al hígado, para ser eliminado a través de la bilis.
El colesterol Total:
Es la suma de todos los tipos de colesterol que se encuentran en la sangra. Se consideran valores normales los que están por debajo de los 200 mg/dl.
No todas las dietas te convienen
Hay quienes piensan que cualquiera dieta de adelgazamiento ayuda a controlar el colesterol, y no es así. Algunas incluso pueden empeorar el problema… ¿Sigues dietas “milagro”? Los planes de adelgazamiento que se basan en tomar menos hidratos y más proteínas (dietas cetogénicas) están “de moda” pero implican tomar más carnes, pescados, quesos o huevos, cosa que lleva a ingerir más grasas. En cambio, este tipo de alimentación incluye una pequeña cantidad de frutas y verduras, y apenas tienen presencia los cereales o las legumbres.
Analiza si te conviene. Es cierto que este tipo de dietas puede dar resultados “visibles” en poco tiempo pero a la larga pueden acarrear muchos problemas para la salud. Al ser muy ricas en grasas saturadas y colesterol, aumentan considerablemente los niveles del colesterol total y del LDL en la sangre y. por tanto, elevan el riesgo cardiovascular. Además, conducen a un aumento de las tasas sanguíneas de ácido úrico y favorecen la descalcificación ósea y el estreñimiento.