Una de las razones por las que muchas personas no cumplen con la recomendación médica de que es bueno beber al menos 2 litros de agua es conocida por todos: la insipidez y la falta de sabor. Algunos expertos señalan que la cantidad diaria recomendada debería rondar los 3 litros, cosa que muchas personas no hacen. Sin embargo, es imprescindible combatir la sed manteniendo nuestro cuerpo bien hidratado, tomando líquidos a lo largo del día. Aquí cabe hacerse la pregunta: ¿cómo cumplir con este ritual de manera regular sin llegar a cansarse?
Según leemos en El País, una de las técnicas recomendadas por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESAN) consiste en cubrir la cantidad necesaria de agua que nos falta a través de alimentos y bebidas que la contienen. Eso quiere decir que, incluso si no bebes demasiados vasos de agua pura al día, puedes igualmente contribuir a hidratar tu cuerpo tomando bebidas refrescantes, que también tienen un alto porcentaje de agua.
Tomar bebidas refrescantes, ¿un sustituto del agua?
Aunque sigue siendo muy aconsejable que durante las comidas aprovechemos para beber agua, podemos mantenernos hidratados tomando también otras bebidas. Éstas no tienen por qué contener necesariamente productos químicos o demasiados hidratos de carbono poco saludables para mantener una dieta sana. Pueden ser bebidas naturales con frutas o verduras que nos ayuden a refrescarnos e hidratarnos. Por ejemplo:
GazpachoLimonadas naturales.Zumos de frutas.Té verdeBebidas isotónicasAgua de coco.CervezaCaldos caseros y tisanas.Agua con gas.
Hay determinadas bebidas que, si las consumimos en cantidades moderadas, también ayudan a nuestro organismo, pero que pueden resultar engañosas en cuanto a la hidratación. Por ejemplo, las bebidas carbonatadas, o las bebidas alcohólicas, o el café.
Otro aspecto importante en el que hay que fijarse es la temperatura de la bebida. Lo recomendable es que no esté demasiado fría y se encuentre entre los 12 y los 18 grados de temperatura. Hay que tener en cuenta también que cuando la bebida está demasiado fría o demasiado caliente, desincentiva su consumo, con lo que acabamos tomando menos cantidad de lo que deberíamos.
De esta manera, las personas pueden beber entre 2 y 3 litros de agua al día sin necesidad de tener que llevar una botella de agua mineral de 2 litros durante todo el día. También hay que tener en cuenta que en algunas regiones de España el agua del grifo tiene un mal sabor y por tanto lo obligado es comprar botellas de agua mineral habitualmente.