Pones la tele. COVID-19. Enchufas la radio. Y COVID-19. Lees un periódico. Y COVID-19. Vas al trabajo. Y COVID-19. Charlas con tus amigos. Y COVID-19 ¡pero qué empacho de bicho!
Estamos hartos de oír hablar de él. Todo el mundo opina. Hay que hacer esto. O esto otro. La verdad es que hasta el presente, lo que realmente funciona con este dichoso virus, es la PREVENCIÓN.
Seguro que has oído decir “más vale prevenir que curar”. Pues en este caso, se hace más importante, si cabe, esta prevención.
Tienes que reforzar tus defensas, para que tu sistema inmunológico, de una respuesta como toca. Tiene que ser una respuesta inmunológica, adecuada, si tienes la mala suerte de contagiarte con la COVID-19.
Cuando un antígeno (virus, bacteria, hongo o sustancia tóxica), penetra en tu organismo, se desencadena una respuesta inmunitaria, por parte de tu cuerpo. Esto se produce a nivel intestinal. Aquí se da la primera respuesta, por parte de tu cuerpo. Si tienes dañada tu microbiota intestinal, estos antígenos, alcanzarán tu pared intestinal. Y la podrán atravesar sin problema.Debes de saber, que tu intestino actúa como una barrera. Si está bien, te produce una permeabilidad selectiva. Debe de permitir la entrada y salida de sustancias que llegan por vía oral, de manera selectiva. Si tu permeabilidad intestinal, está comprometida empezarán los problemas.
Detrás de la pared intestinal, hay unas estructuras llamadas placas de Peyer. Son tu cuartel armamentístico, donde está tu arsenal destructor de antígenos. Allí tienes células como son los macrófagos, linfocitos B y T. Estas detectan lo que hay en el exterior y lo presentan a tu sistema inmunitario. Si son nutrientes no los atacaran. Pero si son virus, bacterias, xenobióticos saldrán tus células inmunitarias con sus tanques de combate, rifles, misiles de corto y medio alcance, con las AK-47 para defenderte.
Por tanto, tu intestino está diseñado para tolerar antígenos exógenos dañinos (virus, bacterias, xenobióticos). No sólo tiene la habilidad de romper la comida en trocitos. Si no que preparar a tu sistema inmunitario, para que cuando “algo” llegue, tu sistema inmunológico reaccione de una manera tolerogénica. Si es comida, da una respuesta “amigable”. Si es un antígeno, saca toda la artillería de la que dispone.
Se sabe que para que esto suceda, es necesaria la presencia de vitamina A. También se ha visto que para que maduren las distintas células del sistema inmunológico, como los linfocitos T reguladores, es necesario tener unos niveles adecuados de vitamina D.
Por tanto si un virus entra en tu organismo aparecen los linfocitos Th1, que desencadenan una inflamación fortísima, produciendo su muerte. En este momento se crea una memoria inmunológica, para que si en un futuro vuelve a entrar en nuestro cuerpo ese virus te acuerdes, cómo hay que reaccionar. Y crees una respuesta inmunológica adecuada. Es decir, ni te pases, ni no llegues.
En los pacientes con COVID-19 con un desarrollo de la enfermedad desfavorable, esto es lo que les sucede. Se hiperinflaman.
Por ello es de vital importancia que conozcas estos suplementos, que pueden ayudarte en tu lucha con la COVID-19. Los altamente recomendables son.
- Vitamina D3, se ha visto que personas infectadas con la COVID-19, con un desarrollo de la enfermedad desfavorable, tenían valores menores a 30 nmol/L. Los niveles de esta vitamina D está involucrada en la maduración y expresión de ciertas células inmunitarias, necesarias para que tu sistema inmunológico plante cara de una forma efectiva a este virus. Te recomiendo que tomes 1000 – 3000 UI/ día de vitamina D. Tienes que hacer descansos con esta vitamina, pues es liposoluble y se acumula cuando hay una sobredosis.- Zinc, es fundamental para la maduración de las células T. Está regulado por hormonas tiroideas, las cuales usan el Zinc como cofactor. Mi recomendación es que tomes entre 15 – 30 mg/día.
- Vitamina C, es uno de los antioxidantes más potentes que existen. La COVID-19 desarrolla el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Se produce un aumento en la producción de radicales libres, debido al estrés oxidativo que en tu cuerpo se produce. Todo esto estropea las células y por ende, se desarrolla esta disfunción pulmonar. Se lleva estudiando, qué niveles óptimos de vitamina C ayudan a tu sistema inmunológico a estar activo. Y que recuperes antes. Se ha constatado, que los pacientes de COVID gravemente enfermos, tenían niveles de vitamina C muy disminuidos. Te recomiendo que tomes de 1000 – 2000 mg/día de esta vitamina C para prevenir.
- Ácidos grasos EPA y DHA, impiden que después de esta inflamación tan grande que produce el COVID-19.
- Selenio ayuda a que los linfocitos T, se transformen en linfocitos TH1, que son las que le plantan cara a los virus. En el hígado el selenio, se transforma en selenol/metilselenol. Esta nueva sustancia hace que se activen unos receptores en el exterior de las células infectadas de virus. Estas son fácilmente detectadas y eliminadas, por tu sistema inmunológico. Hoy en día el selenio, es ampliamente usado, para tratar infecciones virales. Te recomiendo de 100 – 200 microgramos/día de selenio. Busca un suplemento de selenio en forma quelada (va unido a una proteína y su biodisponibilidad dentro de tu cuerpo aumenta exponencialmente).
Para ir terminando, unos consejos para el COVID-19, que seguro tu buen sentido común los pone ya en práctica:
- Haz ejercicio al sol. Aumentará tus niveles de vitamina D. Tu autoestima. Se sabe que con el ejercicio produces lactoferrina. Es antibacteriana, antimicótica, antiviral. Además de producir endorfinas, iridinas que son hormonas que te ayudarán a llevar con alegría, estos momentos tan angustiosos, tan estresantes.- Evita la ansiedad. Sé que es difícil. Pero hay que dejar de estar hablando todo el día de esta maldito bicho. Tienes que dejar de pensar en él. Haz meditación. Usa aceites esenciales de Lavanda, Yuzu, Ylang-Ylang, Mandarina, Incienso, Azahar. Utilízalos en difusión o haz un baño aromático con ellas. Notarás la mejoría.
- Si por culpa de esta situación, estás muy muy estresado, toma adaptógenos. Ya te he hablado muchas veces de ellos. Soy muy fan. Estas plantas de forma inespecífica, re equilibran tu cuerpo, cuando tu cuerpo está estresado. Ya sea por un estrés mental (esta situación, no deja indiferente a nadie), por un estrés físico (padecer la enfermedad, no es chica cosa) o por un estrés medioambiental (ahora con el invierno está siendo tremendo). Pues los adaptógenos, aumentan tu resistencia. Tu rendimiento físico. Y el mental también. Te calman. Te recomiendo que busques: – la raíz de Rodiola Rhodiola rosea
– la raíz de Ginseng Ginseng panax
– Ashwagandha Withania somnifera.
- Evita tomar azúcar y gluten. Evita los alimentos procesados. Son pobres en vitaminas, minerales y micronutrientes. Producen alteraciones en la permeabilidad intestinal. Y ya te he contado sus consecuencias.
- Toma probióticos, para ayudar a tu microbiota a estar fuerte y combatir eficazmente cualquier tipo de tóxico (virus, bacterias, hongos, xenobióticos)
Duerme. Durante la noche, mientras estás durmiendo tu sistema inmunológico, está trabajando para ti. Para restablecer tu estado saludable. Manteniendo a raya a virus, bacterias, sustancias tóxicas.
No fumes. Recuerda que la COVID-19, es una enfermedad que cursa con una inflamación pulmonar. No le ayudes tú al puñetero virus.
No bebas alcohol en exceso.
Y por supuesto SUPLEMÉNTATE, ahora es de vital importancia, que ciertos niveles de vitaminas y minerales, estén en niveles más que ÓPTIMOS. Nunca la prevención fue tan importante como lo es ahora. Cuídate naturalmente. Piensa diferente. Piensa en verde.
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