Es extraño como hay gente que habla diciendo cosas dañinas para su oyente, pero realmente no son conscientes del agravio infringido.
Personas que tienen que decir lo que piensan o sino explotan.
Lo malo no es que digan lo que se les pasa por la mente, sino que no ponen cuidado en las formas ni en la persistencia cansina de sus argumentos.
Ellos tienen que decirlo y repetirlo, y explicarlo desde distintos ángulos y volverlo a repetir todo una y otra vez por si no se habían expresado con propiedad. Les da igual que la otra persona se ofenda, se sienta atacada o insultada o que incluso les pida que paren la diatriba de una vez...
ELLOS NO ESTÁN HACIENDO NADA MALO, PORQUE SOLO COMPARTEN SU MÁS HUMILDE OPINIÓN.