Las causas del aumento del flujo vaginal en el embarazo temprano
Durante las primeras etapas del embarazo, el cuerpo femenino produce más estrógeno y el flujo de sangre hacia la vagina aumenta después de la implantación. Increíblemente una mujer embarazada será capaz de producir más estrógeno en un solo día, que una mujer no embarazada en 3 años. Como resultado de este cambio hormonal, el cuerpo de la mujer experimenta un aumento en la cantidad de fluido cervical. Este líquido formará una estructura conocida como tapón de moco, que tiene como función proteger el útero de la embarazada. Durante el embarazo, parte de dicho moco puede ser expulsado fuera del cuello uterino, produciéndose una descarga vaginal. La mayoría de las mujeres embarazadas experimentan dos tipos de descarga: la leucorrea y el sangrado de implantación.
¿Qué es la leucorrea?
El término médico para el flujo vaginal durante el embarazo temprano es leucorrea. Este puede ser experimentado también durante la lactancia y la menopausia. El flujo puede ser pegajoso, espeso y normalmente es de color blanco. Tiene su origen en las paredes vaginales y se compone de bacterias vaginales normales. Lo más frecuente para la mujer es detectar esta descarga en su ropa interior, que en los primeros meses de embarazo se forma para crear un tapón de moco o barrera protectora. Dicho tapón será expulsado más tarde en el embarazo, en un solo movimiento, presentándose como una burbuja que puede estar teñida de sangre. Si la leucorrea viene acompañada de otros síntomas, como sensación de picazón, fiebre o enrojecimiento, lo más probable es que se trate de un signo de infección.
¿Qué es el sangrado de implantación?
Este es un indicador típico del embarazo precoz que se produce cuando el óvulo fertilizado se implanta en la pared uterina. El sangrado de implantación ocurre generalmente 7-12 días después de la fecundación y luce como una secreción de color marrón o rosado claro.
Secreción anormal
Aunque el aumento de la descarga vaginal durante el embarazo temprano es común, debería observarse con mucho cuidado, ya que puede ser un indicador clave de un embarazo saludable o no. ¿Su flujo es de color verdoso o amarillento? ¿Tiene una sensación de ardor o picazón en la vagina? ¿Su vagina está enrojecida y se siente irritada? ¿La descarga vaginal tiene un olor desagradable, como a pescado? ¿Tiene una composición espumosa? ¿Estás experimentando dolor o ardor al orinar?
Si has respondido “sí” a cualquiera de estas preguntas, entonces debes consultar inmediatamente a tu médico. Estos síntomas pueden ser un signo de infección y a continuación ofrecemos un resumen de las causas más comunes para la presencia de un flujo anormal.
Vaginosis bacteriana: Esta condición resulta de un crecimiento excesivo de bacterias normales en la vagina. En algunos casos puede ser difícil de diagnosticar, ya que muchas mujeres afectadas no experimentan síntomas. Las mujeres que desarrollan síntomas experimentan una secreción blanca o gris de olor desagradable, como a pescado. El tratamiento para esta condición se basa en los antibióticos.
Chlamydia: Esta condición es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Se transmite generalmente a través de la actividad sexual. Las mujeres que contraen esta dolencia experimentan ardor al orinar, relaciones sexuales dolorosas y la presencia de flujo vaginal. Una vez que se ha hecho el diagnóstico, se debe comenzar el tratamiento a base de antibióticos como la tetraciclina, azitromicina o eritromicina.
Enfermedad inflamatoria pélvica: Esta condición puede abarcar el útero y las trompas de Falopio. Cada año son más las mujeres que la padecen. Sus síntomas incluyen dolor abdominal bajo, secreción vaginal que tiene un olor desagradable, relaciones sexuales dolorosas, fiebre y períodos irregulares. Puede dar lugar a infertilidad, embarazo ectópico y abscesos. Para su tratamiento también se prescriben los antibióticos.
Tricomoniasis: Esta es causada por el parásito Trichomonas vaginalis y se propaga a través de las relaciones sexuales. Esta condición es más común en mujeres de entre 16 y 35 años, los síntomas incluyen dolor durante el coito, comezón, picazón vaginal, flujo vaginal espumoso que puede ser verdoso o amarillento y tener un olor desagradable. Para el tratamiento se utilizan antibióticos como el metronidazol o el tinidazol.
Otras causas del flujo vaginal anormal son la vulvovaginitis, diabetes, infecciones por hongos, las píldoras anticonceptivas y el uso de esteroides.
La presencia de flujo vaginal a principios del embarazo generalmente es normal, pero recuerda, cuando no tiene el color habitual, tiene un olor desagradable o se acompaña de otros síntomas, puede ser un signo de infección. Las embarazadas deben buscar atención médica de inmediato si experimentan algún síntoma inusual.