Hay varios factores por el uso de mascarilla que pueden desencadenar o potenciar el bruxismo, uno es el roce de la mascarilla que hace que exista un estímulo sensitivo en la piel de la zona de la cara que, de forma involuntaria, facilita que apretemos los dientes y tensemos la musculatura de la boca. Además el hablar y comunicarnos con la mascarilla puesta hace que nos cueste mas vocalizar, o puede modificar la forma de hacerlo, también casi sin darnos cuenta. Se ve afectada la movilidad de la mandíbula y, por ende, altera la musculatura facial aumentando su tensión. Esta causa se da mas en profesiones que necesitan hablar mientras tienen que llevar puesta la mascarilla durante muchas horas.
La sensación de fluidez respiratoria también se ve alterada, parece que cuesta mas respirar al llevar mascarilla. Por esto, de una forma no consciente tendemos a adelantar la mandíbula para tomar aire por la boca y para intentar despegarnos la mascarilla de ésta y de la nariz. Esta ante pulsión de la mandíbula (adelantarla) genera una tensión anómala de la musculatura de a boca, pudiendo desencadenar también bruxismo.
Para darte cuenta si estas empezando a desarrollar este problema debes prestar atención a si cuando apretamos la boca hay algún síntoma muy común, como por ejemplo dolor en la zona lateral de la cara, en la zona de por debajo y algo anterior de las orejas, dolor de cabeza y sensación de tensión o dolor o imposibilidad al abrir la boca ampliamente. También puedes sentir molestias al comer y masticar o sensación de inestabilidad acompañado de zumbidos en los oídos.
Una técnica que puedes realizar para aliviarte puede ser un masaje de toda la musculatura que se encontrará hipertónica y que su relajación ayudará a la descompresión de los cóndilos. Además, el masaje mejorará toda la circulación de la musculatura. Otra opción es el ear pull, o el tirón de orejas, es una técnica empleada en osteopatía craneal empleada para la descompresión del hueso temporal, hueso de vital importancia en la constitución de la articulación temporomandibular o ATM (articulación de la mandíbula). Tumbados en una posición cómoda, vamos a realizar una presa con nuestros dedos pulgar e índice sobre el lóbulo de la oreja, y vamos a traccionar de forma SUAVE en dirección a los pies. Cuando notemos una resistencia, mantenemos la tracción. Poco a poco iremos notando que los tejidos se relajan.