Con la evolución del mundo, el cambio climático, la globalización y un largo etcétera, nuestra calidad de vida en lugar de ir a mejor va a peor.
Para poder alimentar a una sociedad que cada día va aumentando, ya sea por los nacimientos o por nuestra longevidad, se necesita obtener alimentos a costa de sacrificar la vitalidad y el valor nutritivo de los mismos, ya sea por las tierras desmineralizadas, por los pesticidas y conservantes, como por la pésima calidad de los productos para obtener mayores producciones.
Ya no hablemos del mundo animal, al cual lo saturan de antibióticos, hormona antidiurética para que se hinchen y pesen más, mala alimentación, etc...
Si a todo esto le añadimos: contaminación ambiental, radioactividad, falta de sueño, drogas, alcohol, tabaco, exceso de medicación, estrés....
¿Qué nos encontramos como resultado final? Un aumento de radicales libres (ROS) que nos oxidan en exceso, y cuando nuestro organismo tiene un exceso de ROS podemos desarrollar entre otras enfermedades: diabetes, Alzheimer, arteriosclerosis, envejecimiento prematuro, cáncer....
Mucho se ha hablado sobre la alimentación ecológica, biológica, no comer ciertos productos, eliminar el azúcar, pero nadie piensa en que nuestro organismo es entre un 70% - 80% agua.
Es tan importante nuestra alimentación como nuestra hidratación, y el tipo de agua que consumimos es vital para nuestro estado de salud, y es por eso que quiero hablar sobre el agua hidrogenada.
No se trata de ninguna moda actual, en Japón llevan varias décadas consumiendo este tipo de agua por su valor preventivo y terapéutico como antioxidante.
En el año 2007, Shigeo Ohta, miembro del Departamento de Bioquímica y Biología Celular del Institute of Development and Aging Sciences de Kanagawa (Japón), publicó en la prestigiosa revista Science un trabajo donde explicaba como el hidrógeno actúa terapéuticamente como antioxidante mediante la reducción selectiva de radicales de oxígeno citotóxicos, y por tanto, permite a nuestro organismo eliminar los radicales libres de oxígeno.
En el año 2011 el mismo autor Shigeo Ohta, en su trabajo "Progresos recientes en el uso medicinal del hidrógeno: potenciales aplicaciones preventivas y terapéuticas del hidrógeno molecular", publicado en el Current Pharmaceutical Design, describía las propiedades del H₂ como antioxidante:
Tiene la capacidad de difundir rápidamente en las células y tejidos. Se difunde de manera suave para no interferir en las reacciones redox del metabolismo ni afectar a aquellas especies reactivas de oxígeno que infervienen en la señalización celular. Existen varios métodos para ingerir o consumir H₂. No solamente actúa como antioxidante sino también como antiinflamatorio y antialérgico.
Hemos de tener en cuenta que el hidrógeno es la molécula más pequeña que existe, y por ello es un antioxidante capaz de atravesar con tremenda facilidad los vasos sanguíneos, la barrera hematoencefálica y las paredes de las células hasta llegar al núcleo. Es por ello que neutraliza los radicales libres más rápida y eficientemente que el resto de antioxidantes. Impide la oxidación de las proteínas y los lípidos y elimina selectivamente los radicales libres más nocivos que existen: los radicales hidroxilo.
Además, sus beneficios para la salud han sido objeto de estudio en más de 400 trabajos de investigación en diferentes países (muchos de ellos se pueden encontrar en esta página), de los que se extrae que:
Tiene propiedades antiinflamatorias y alivia los síntomas de las alergias.
Contribuye a equilibrar la relación ácido-base del cuerpo.
Mejora la condición de la piel.
Podría contribuir a controlar los niveles elevados de colesterol “malo” y triglicéridos.
Aumenta la energía, la claridad mental y la atención.
Mejora el metabolismo y favorece el movimiento de los intestinos.
Mejora el rendimiento deportivo y acorta el tiempo de recuperación.
Alivia el dolor muscular y articular.
Podría ayudar a mejorar la circulación sanguínea y a regular la tensión arterial. Sabemos que la falta de energía es el caldo de cultivo para la aparición de multitud de dolencias y enfermedades. Pues el hidrógeno es fundamentalmente energía. Y esta cualidad se percibe con claridad desde el momento en que empezamos a consumir agua enriquecida con hidrógeno.
Los deportistas de élite han de cuidarse mucho porque son grandes generadores de radicales libres. El agua hidrogenada puede ayudarles a eliminarlos con gran facilidad.
En el año 2012 se publicó el estudio “Pilot study of drinking hydrogen-rich water on muscle fatigue caused by acute exercise in elite atheltes”. En este estudio participaron 10 futbolistas semiprofesionales para averiguar el efecto del agua hidrogenada en el deporte antes de realizar una sesión de entrenamiento rutinaria.
A la mitad de ellos se les administró un agua placebo, mientras que el resto bebió agua enriquecida con hidrógeno.
En el primer grupo se observó que los niveles de lactato en sangre aumentaron tras el ejercicio, mientras que los que bebieron agua hidrogenada vieron reducido el nivel del mismo de manera llamativa. El exceso de ácido láctico o lactato produce lo que se conoce comúnmente como “agujetas”.
Además, se observó que los jugadores que tomaron agua hidrogenada redujeron los indicadores de fatiga muscular, mientras que el resto no los redujo.
Este estudio demostró que el agua hidrogenada es un aliado muy recomendable para deportistas.
¿Cómo podemos aportar hidrógeno a nuestro cuerpo?
Existen diferentes métodos, pero el más fácil para el uso doméstico es bebiendo agua hidrogenada.
El agua enriquecida con hidrógeno por medio de electrólisis cuenta con un potencial redox muy negativo, y al estar cargada de hidrógeno activo, actúa doblemente como un potente antioxidante.
¿Cómo sería el agua ideal o más saludable?
Durante más de medio siglo, tanto japoneses como coreanos han desarrollado tecnologías que, por medio de sistemas avanzados de hidrogenación por electrólisis, han conseguido obtener probablemente el agua más saludable que el ser humano pueda tomar con las siguientes características:
Elevado contenido de hidrógeno activo disuelto.
Potencial de oxidación reducción (redox) muy negativo.
Estructura molecular pequeña y hexagonal (la mejor y más natural).
pH ligeramente alcalino
Libre del resto de gases producidos durante la electrólisis. ¿Cómo conseguir agua hidrogenada?
Cada vez encontramos en el mercado más soluciones diferentes que apuestan por enriquecer el agua con hidrógeno. Países como Japón y Corea del Sur nos llevan años de ventaja en este sentido y, desde hace un tiempo, en estos países incluso podemos encontrar agua hidrogenada envasada en lineales de supermercado o máquinas expendedoras.
También existen soluciones domésticas para producir agua hidrogenada por medio de electrólisis de una manera limpia, fácil y eficaz: son los llamados hidrogenadores de agua
No debemos confundir los hidrogenadores de agua con los ionizadores de agua, puesto que mientras que los primeros cuentan con un sistema único de electrólisis y membrana de separación de gases, capaces de producir un elevado contenido de hidrógeno disuelto sin apenas variar el pH del agua, los ionizadores tan solo son capaces de producir una pequeña cantidad de hidrógeno elevando el pH, y sólo obtienen un contenido elevado de hidrógeno cuando aumentan el pH del agua por encima de 9,5 (la cual se desaconseja para el consumo y suele tener un sabor desagradable). Y el contenido de hidrógeno debe medirse con un líquido reactivo específico o con un medidor de hidrógeno en ppb (partes por billón), no con un medidor de ORP o Potencial Redox, que viene siendo la práctica habitual.
Antes de comprar este tipo de tecnologías para uso domestico o personal, hemos de asegurarnos de que realmente se trate de un hidrogenador de agua, saber cuál es su calidad y país de fabricación (tanto Corea como Japón cuentan con amplia experiencia desarrollando y fabricando este tipo de tecnologías), el tiempo que requiere para hidrogenar el agua (los más avanzados la hidrogenan en tiempo real, con tan solo pulsar un botón), y que empresa hay detrás ofreciendo servicio técnico en nuestro país. Por lo tanto, no sirve cualquier tecnología, ni tampoco el equipo más barato de procedencia dudosa.
Por último, me gustaría resaltar que en aquellas zonas donde contemos con un elevado contenido de cal en el agua (agua dura o muy dura), resultará muy recomendable contar con un equipo de descalcificación y/o de osmosis inversa para conseguir una reducción considerable de su dureza antes de que el agua pase al hidrogenador, dado que de lo contrario el rendimiento del equipo de hidrogenación podrá verse seriamente comprometido a causa de la cal.