El primer paso es detectar los tipos de lesiones deportivas más comunes. Las musculares se refieren a roturas de los tejidos y generalmente son provocadas por sobre esfuerzos o fatiga muscular.
Las relacionadas con la parte ósea se refieren a fracturas, dislocaciones o torceduras; todas conllevan un alto grado de gravedad y en la mayoría de los casos son provocadas por traumatismos severos.
Finalmente están las lesiones que sufren los deportistas en los tendones, ligamentos o articulaciones. Tendinitis, distenciones de ligamentos o luxaciones articulares son algunas de las más frecuentes.
Qué se recomienda hacer ante una lesión deportiva
El primer paso es inmovilizar la parte afectada para evitar que se produzca más dolor o agravar la lesión.
Inmediatamente después hay que colocar hielo. Esto evita mayor inflamación y disminuye el dolor.
Se recomienda colocar un vendaje especial en la zona afectada para proporcionar mayor protección y sujeción. Funcionan muy bien las protecciones elásticas como rodilleras, musleras, tobilleras, etc.
En la medida de lo posible y dependiendo de la zona afectada, se recomienda mantenerla en elevación para evitar mayor inflamación.
Evitar apoyar o hacer fuerza con la parte lesionada, esto elimina el riesgo de agravar el problema y alargar el tiempo de recuperación.
Estas acciones simples aplican para cualquier tipo de lesión y son el primer paso para la atención de lesiones en los deportistas, antes de acudir con un especialista en medicina deportiva para diagnosticar el problema y seguir un tratamiento adecuado.
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