Las actividades deportivas brindan un gran beneficio a nuestra salud tanto física como mental, siempre y cuando estas se lleven a cabo bajo los requerimientos que cada entidad deportiva exija; existen reglas, tácticas, habilidades, condiciones físicas y ambientes terrenales que permiten al deportista el desarrollo de una competición totalmente sana, fuera de cualquier tipo de lesión, fatiga injustificada y repercusiones negativas en el estado de salud. Las Lesiones Musculares son típicas en deportistas novatos los cuales desconozcan las tácticas, reglamentos y requerimientos físicos, ambientales y materiales del deporte que se quiera desempeñar, así como también en aquellas actividades mal dirigidas o cuando se emplean fuerzas físicas sobrenaturales mal toleradas por nuestro aparato locomotor.
Lesiones Musculares y su Incidencia en el Deporte
Una Lesión Muscular es una alteración funcional, estructural o ambas del tejido muscular, secundarias a traumatismos directos o indirectos que se llevan a cabo durante actividades deportivas mal dirigidas. Las estadísticas señalan que un 25% de todas las lesiones deportivas corresponden a las de tipo muscular, estas por muy mínimo que sea el daño del tejido traerá consigo perturbaciones del esquema corporal así como la perdida parcial o totalidad de extensión y fuerza en un movimiento o desplazamiento corporal.
El médico de cabecera debe estar muy atento ante estas situaciones rutinarias del deporte, ya que la mayor parte de los atletas incapacitados por este tipo de lesiones se deben a un mal método diagnóstico así como también a manejos terapéuticos inadecuados.
Las Lesiones musculares suelen clasificarse según sea su mecanismo causal en extrínsecas o intrínsecas, y según haya o no una alteración anatómica del tejido muscular.
¿Cuáles son los factores predisponentes para una Lesión Muscular?
1) Falta de preparación física y desconocimiento reglamentario de la actividad deportiva, así como también participantes imprudentes.
2) Realizar entrenamientos potentes sin previo calentamiento y estiramiento muscular.
3) Inconciencia del peligro que acarrea cada disciplina deportiva.
4) Exceso de espíritu competitivo.
5) Desigualdades en potencia física entre atletas.
6) Ambientes inadecuados para la práctica deportiva, como por ejemplo, mal estado de pistas, terrenos y de instrumentos y materiales deportivos.
7) Entrenamiento persistente sin tomar en cuenta la fatiga muscular.
8) Aumento del sedentarismo entre los entrenamientos, lo cual disminuya nuestras condiciones físicas.
Lesión muscular Intrínseca sin alteración anatómica
Son habitualmente frecuentes en atletas de alta competitividad, se deben un agotamiento como consecuencias de esfuerzos intensos, es decir no existe una fuerza externa que arremeta contra la masa muscular, la preocupación que ofrece es más por la molestia y el dolor que ocasiona que por su gravedad, suelen ser de buen pronóstico ya que no existe una lesión estructural del musculo. En este grupo incluimos a los Calambres, Agujetas y las Contracturas.
Calambres
Se consideran contracciones musculares intensas de aparición brusca, dolorosas e involuntarias, que se manifiestan durante actividades físicas o en reposo sobre un musculo frío y que generalmente suelen despertar a la persona durante la noche en un sueño profundo. En el momento de actividades deportivas se deben a una sobrecarga del rendimiento funcional (fuerza y resistencia) del musculo como ocurre en los sobreentrenamientos, retorno de actividades físicas luego de periodos prolongados de sedentarismo, entrenamientos de fuerte intensidad sin previo calentamiento, así como también pueden existir causas como deshidratación, déficit de potasio, calcio o magnesio, como ocurre en los calambres durante el reposo.
Por lo general el tiempo de duración de un calambre es breve, y suele resolverse espontáneamente, aunque en los casos de contracciones severas este cuadro puede complicarse con desgarros musculares, siempre y cuando la sobrecarga muscular o el déficit de potasio, calcio, magnesio o grado de deshidratación sean intensos. Las regiones mayormente afectadas son la pantorrilla y los músculos intrínsecos del pie.
El tratamiento consiste en un adecuado y repetido estiramiento muscular, asociando masajes en la zona afectada con la administración de relajantes musculares en aquellos calambres de fuerte intensidad y muy dolorosos. Como medida preventiva se recomienda al atleta días antes del entrenamiento llevar una dieta rica en potasio calcio y magnesio, así como también mantener una buena hidratación durante el ejercicio.
Agujetas
Son dolores musculares difusos y diseminados de aparición tardía (12 a 24 horas posterior a la actividad física) que se deben a microrroturas de miofibrillas durante el ejercicio. Se requiere de un esfuerzo no habitual y de entrenamientos potentes para que el grado de inflamación de la masa muscular desencadene un cuadro doloroso difuso, con un musculo indurado y tenso. El dolor es mayor cuando se moviliza de forma activa o pasiva el musculo frío, mientras que el cuadro mejora en condiciones de previo calentamiento. A la palpación el sujeto con agujeta expresa mucho dolor y por lo general este cuadro desaparece al cabo de 5 a 7 días.
El tratamiento consiste en realizar masajes sobre el musculo afectado, colocación de compresas frías, pomadas analgésicas, vendajes, realizar ejercicios con esfuerzos físicos mínimos para acelerar el proceso de regeneración del tejido muscular. Como medidas preventivas se recomienda a los atletas llevar una continuidad en las rutinas deportivas durante el año y acortar los tiempos de sedentarismo.
Contractura
Se considera contractura a una fuerte e intensa contracción muscular, de aparición brusca e involuntaria, que supera el umbral del dolor de un calambre, se caracteriza por no ceder con el reposo y su tiempo de duración es más prolongado, por lo general son a causa de sobrecargas musculares. Su tratamiento consiste de igual forma como se maneja un calambre, pero a diferencia de estos, es que se suelen colocar pomadas y analgésicos orales para disminuir el dolor.
Lesión muscular Intrínseca con alteración anatómica
Corresponden a un grupo de lesiones musculares que se caracterizan por un cuadro más severo, que llevan al cese del esfuerzo físico que las provocó. También se denominan “Tirones” ya que todas estas comprometen la estructura de la fibra muscular, y van desde una elongación (desgarro mínimo) de la fibra hasta una ruptura completa de un segmento del musculo y arrancamiento tendinoso en la inserción del musculo con el tejido óseo. A diferencia de los anteriores estas lesiones requieren de reposo físico hasta la recuperación total.
Gracias a la ecografía estas lesiones se han podido clasificar en diferentes estadíos según el grado de daño estructural que se produzca en:
Estadio I, Elongación
Es un desgarro de miofibrillas musculares que no sobrepasa el centímetro de espesor, y con una longitud de 5 a 7 cm, suele verse en la ecografía como imágenes en “llama”, y despierta un dolor intenso y brusco durante la actividad física, que no impide que el atleta cese la competición, solo despierta dolor y molestias durante el ejercicio. Posteriormente a la palpación este presenta dolor que no es localizado, la movilización activa es poco dolorosa, pero este incrementa cuando se efectúa en contra resistencia manual.
El tratamiento consiste en aplicación de hielo inmediato, pomadas analgésicas y vendajes. También pueden aplicarse técnicas de masajes y fisioterapias calientes, siempre y cuando el daño estructural no sea extenso. Por último el atleta debe guardar reposo durante unos 10 a 15 días, lejos de toda actividad deportiva.
Estadio II, Desgarro
Este representa un desgarro parcial de la masa muscular (fibras o incluso fascículos), que se presenta posterior o durante una contracción muscular intensa, violenta e incontrolable que produce de inmediato el cese del esfuerzo físico del deportista, también puede ser origen de una agresión externa potente sobre un musculo contraído. El dolor y la impotencia funcional son severas, y a la palpación el atleta puede localizar el punto doloroso y suele localizarse una depresión de la masa muscular, correspondiendo a la zona del desgarro.
El movimiento pasivo y activo son posibles, pero cuando se realizan en contra resistencia despierta un dolor severo. Debido a la ruptura de gran parte de las fibras musculares se produce hemorragia en el tejido y se pueden visualizar pequeñas zonas de equimosis (moretones) adyacentes a la piel que recubre la masa muscular desgarrada. El tratamiento consiste en reposo durante 25 a 30 días, con crioterapias (aplicación de compresas frías), pomadas analgésicas y vendajes.
Estadio III, Ruptura
Son rupturas musculares completas, es decir hay un desgarro de los distintos fascículos del musculo, las causas son similares a las de un desgarro parcial, pero en condiciones más violentas. A la exploración física encontramos una masa muscular muy dolorosa tanto a la movilización pasiva y activa, se palpa una gran zona de depresión (muesca), el movimiento en contra resistencia es imposible y la impotencia funcional es total.
El tratamiento consiste en una inmovilización inmediata de la extremidad afectada, y el posterior traslado a una sala de emergencias, en donde se realice un drenaje del gran hematoma presente, y se plantee una cirugía en el menor tiempo posible (antes de los 15 días), para evitar complicaciones secundarias de retracción. Luego del procedimiento quirúrgico se recomienda colocar nuevamente inmovilización en un tiempo de 3 a 4 semanas, pero el reposo físico continua hasta por 4 meses.
Desinserción
Es la separación total del musculo con el hueso, es decir existe un arrancamiento del tendón, el cual está unido al tejido óseo en condiciones normales. Este cuadro se debe mayormente por contracciones musculares fuertes y violentas, desencadenando un dolor intenso de aparición brusca, con una impotencia funcional total, para el deportista es casi imposible llevar acabo movimiento de la extremidad afectada. Durante la palpación de la masa muscular puede apreciarse una gran depresión.
El tratamiento dependerá del grado de desinserción, bien sean parciales (se tratan como un desgarro muscular) o totales (se emplean métodos quirúrgicos como en las rupturas).
Lesión muscular Extrínseca con alteración anatómica
Estas pertenecen al grupo de Lesiones Musculares causadas por traumatismos directos hacia el deportista, en cada una de ellas siempre habrá un componente estructural alterado. Los traumatismos pueden ser entre atletas o contra objetos contundentes. Estas lesiones son:
Contusión Muscular
Es el choque de una masa muscular contra un objeto contundente u otro atleta durante la competición, que va desde un mínimo aplastamiento de fibras musculares con síntomas aislados y dolor difuso que permite la incorporación a la actividad física, hasta lesiones severas como gran trituración de fibras musculares que desencadenan un cuadro doloroso intenso que provoca hematoma difuso, impotencia funcional y la salida inmediata de la competición.
El tratamiento depende de la severidad de la lesión, las más leves son bien toleradas y solo pueden requerir aplicación de crioterapia y cremas analgésicas. Mientras que en los cuadros moderados y severos se utilizan vendajes y tratamiento analgésico oral o intramuscular, así como también reposo durante 30 días o más.
Dislaceración
Es la avulsión de la piel con un deshilachado de fibras musculares ocasionado por la contusión contra un objeto puntiagudo, cortante o rugoso. Se despierta un dolor intenso e impotencia funcional, que no permite al atleta continuar con la actividad física. Se visualiza una herida, la cual nos confirma el diagnostico, esta debe explorarse y realizar técnicas de asepsia y antisepsia para extraer cuerpo extraños y un posterior cierre por planos con suturas. Se administran tratamientos antibióticos y analgésicos antiinflamatorios orales, y asociar vacunas como la antitetánica en casos que el objeto traumático sea metálico
Hernia Muscular
Se deben a una lesión de la capa externa y protectora del musculo (aponeurosis), la cual puede estallar en casos de traumatismos directos y contusos, de una agresión por un objeto punzocortante o menos frecuente debido a una contracción brusca e intensa de un musculo comprimido. Se caracteriza por una protrusión de la masa muscular descubierta de aponeurosis contra el tejido celular subcutáneo. Los síntomas se caracterizan dolor intenso, pero no existe impotencia funcional; a la exploración física puede palparse el defecto de la aponeurosis sobre la masa muscular lesionada.
El tratamiento es conservador en heridas y defectos pequeños, pero cuando la lesión es severa se recomienda el manejo quirúrgico para realizar el cierre de la aponeurosis.
Hematoma
Es un aumento de tamaño en la piel adyacente a la masa muscular lesionada, que presenta un aspecto de moretón, debido al derrame sanguíneo ocasionado por la ruptura de capilares que proviene del aplastamiento de las fibras musculares. Los hematomas suelen asociarse a lesiones como desgarros, ruptura o desinserción muscular.
El tratamiento depende de la gravedad del derrame sanguíneo acumulado entre las fibras, aquellos hematomas poco voluminosos se tratan con aplicación de hielo local, cremas analgésicas y vendajes compresivos en la extremidad afectada. En cambio para hemorragias severas, es recomendable punzar el hematoma y practicar drenaje lo más pronto posible, para evitar que tenga tiempo de fibrosarse y enquistarse.
Atrofia Muscular
Por último, como secuela de cualquier lesión del aparato locomotor, no solamente muscular, existen causas de atrofia posterior a esguinces, fracturas, desinserciones, entre otras. Se caracteriza por una perdida en el tamaño y la fuerza del musculo, y que por lo general la lesión suele localizarse a distancia de la masa muscular atrofiada, como por ejemplo las atrofias del cuádriceps relacionadas con las lesiones interarticulares de la rodilla, o el bíceps en fracturas de humero. El tratamiento consiste en fisioterapia y adaptación muscular progresiva a las actividades físicas una vez resuelto el cuadro desencadenante.
¿Que debes tener en cuenta para la iniciación de un plan de entrenamiento deportivo?
Es importante tener en cuenta que para iniciar la práctica deportiva debemos conocer nuestros límites y alcances físicos, para no sobrecargar nuestro aparato locomotor, y evitar las lesiones y repercusiones negativas en el estado de salud.
Toda disciplina deportiva requiere de 4 facultades, Tolerancia, Resistencia, Velocidad y Fuerza, que la persona debe conocer, para dosificar sus condiciones físicas, adaptándolas a estos requerimientos que nos exige el deporte, que con el pasar de los días, cuanto mayor sea el incremento progresivo y constante de los planes de entrenamiento tomando en cuenta los periodos de descanso que amerite cada actividad física, se podrán lograr los objetivos, mejorando nuestras condiciones y habilidades deportivas.
Por último es importante la previa instrucción teórica y reglamentaria de la disciplina a desarrollar, para evitar los errores y falta de técnica que predispongan a las lesiones y agresiones entre los atletas.
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