Por donde empezamos, ¿por regalar amor o por amarse a uno mismo?
El otro día, estaba conversando con una amiga sobre este tema, y únicamente puedo pensar que, si tú no te amas nadie mas lo hará, con esto me refiero a conocerte, explorarte y sobre todo entenderte. Yo se que existen muchas personas que piensen ya amarse, pero amarte a ti mismo va más allá de regalarte mil cosas o consentirte, el amor propio nace desde la independencia del alma al mundo materialista. Entre otras cosas, amor propio no tiene nada que ver con egoísmo, egocentrismo o egolatrías, por si dudaban.
Yo al menos no puedo decir que llegue al punto más alto del amor propio, sin embargo, he trabajado mucho para amarme, antes de que otra persona lo haga. Por esto hice un recuentro de 5 puntos para comenzar con esta infinita aventura.
1.- DEDICATE UN TIEMPO A SOLAS. Respirar, leer, tomar una taza de té, meditar, escribir, correr y toda actividad que implique desconectarte de otro ser, es una buena opción. Disfrutaté.
2.- ACEPTA TUS IMPERFECCIONES. Para poder cambiar algo, primero debes aceptarlo, y si hay posibilidad de hacer algo, comienza a trabajar para corregirlo, si tienes una nariz, un cuello o unos labios grandes, muestralos y hazlos característicos de ti.
3.- TOMATE FOTOS. Crea una autoestima y confianza solida, conoce tus ángulos e intentaló hasta que te comiences a gustar, no importa si no subes ninguna a alguna red social.
4.- DESPRENDETE DE LAS COSAS MATERIALES. Un paso fundamental es tirar a la basura todo lo que ya no te sirva, en términos materiales y de pensamiento, tomaló como una terapia de desprendimiento.
5.- NO TE TOMES NADA TAN EN SERIO. Los comentarios tomalos de quien vengan. Y si son buenos no te engrandezcas y si son malos que no te afecten, se neutral y crea un concepto de ti mismo.
Pero lo más importante es aprender a PERDONARTE, es vital. Detenerte un momento y volver a iniciar contigo mismo.
si te preguntará ¿que amas? ¿cutanto tardarías en mencionarte?
NOS LEEMOS PRONTO.
"Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar que alguien le traiga flores" — Jorge Luis Borges