Antes de comenzar un entrenamiento físico, es necesario que consumas alimentos que te proporcionen energía, como frutas y verduras, estas te mantendrán activa ayudándote a desarrollar tu actividad con la mayor disposición, puedes tomar un batido de fresa, un jugo verde o si prefieres comerte una banana o manzana.
Una alternativa muy interesante, es la de agregar una cucharada de semillas de chía a tu jugo favorito, esto contribuirá con la hidratación durante el ejercicio.
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Si eres de las que tiene un metabolismo lento, un té verde será tu aliado, te ayudará con la digestión, a la vez que fortalecerá tu sistema inmunológico.
Puedes comer también un pan integral con aguacate, además de ser muy sabroso, aportará tu organismo vitamina B y magnesio.
Si sufres de calambres continuamente mientras entrenas, lo mejor que puedes hacer es consumir una banana o diez nueces, por ser ricas en potasio te darán una mano con este incomodo malestar.
Si te levantaste tarde y apresurada, probablemente no tengas tiempo para preparar algo, una barrita de fruta baja en calorías podrá sacarte del apuro, pero ya sabes, siempre es mejor y más sano tomarte el tiempo de preparar tus comidas.
Luego de que entrenas debes consumir carbohidratos y proteínas saludables, los cuales ayudarán a recuperarte, por ejemplo, los frutos rojos como las fresas y arándanos, nos protegerán el sistema cardíaco, contienen mucha fibra y te ayudarán a sentirte satisfecha por más tiempo.
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Alimentos bajos en grasas como pechuga de pollo, carnes magras, pescado, huevos y yogurt griego, son perfectas para recuperarte luego del esfuerzo físico.
Un plato de cereal con leche deslactosada es otra opción saludable que aportará fibra y nutrientes necesarios para el cuerpo, así que anota estos datos y recuerda incluirlos en tu dieta para que combinados con buenos ejercicios, logres los mejores resultados.
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