La sexualidad femenina crea ciertos mitos, en este post te contaremos cuales son alguno de ellos.
Mitos sobre la sexualidad femenina
El hombre necesita tener sexo mucho más que la mujer
Este es uno de los mitos sobre la sexualidad femenina más difundido. Lo creen los hombres y también algunas mujeres. Este mito apoya la creencia que la mujer no tiene deseos, ni placer, ni orgasmos.
Por supuesto esto es un mito tan viejo como el mundo, e igual de antiguo, la mujer está capacitada físicamente para vivir y disfrutar plenamente de su sexualidad.
Todo el clítoris está a la vista
Este es otro de los tantos mitos que circulan sobre la sexualidad femenina. El clítoris es lo que se ve en los labios menores, pero se continúa en el interior. Es por eso que es tan importante su estimulación, al hacerlo, este incrementa su volumen. Lo que resulta sumamente placentero.
Todo ocurre en un mismo orificio
Este es uno de los mitos sobre la sexualidad femenina, más erróneos e inexactos que se conocen. A diferencia de los hombres, las mujeres tienen dos orificios, uno es la uretra (por donde sale la orina) y el otro es la vagina.
El placer solo pasa por la genitalidad
Esto es falso de toda falsedad, las mujeres tienen zonas erógenas en todo su cuerpo. Por ejemplo se puede erotizar a una mujer tocando dulcemente sus orejas, espalda, cuello. También en los senos y clítoris, pero no únicamente allí.
Las mujeres que tienen senos pequeños son frías
Esta afirmación resulta un poco infantil, y de tan ridícula, da un poco de ternura. Muchos hombres piensan que el apasionamiento de las mujeres es directamente proporcional al tamaño de sus senos.
Esto puede ser así, pero no necesariamente es una regla, el temperamento apasionado o no de una mujer, no tienen que ver en nada con el tamaño de sus senos. Este es otro de los tantos y tantos mitos sobre la sexualidad femenina.
Las mujeres solo fueron creadas para reproducir y no para sentir placer
Eso no es así, tanto las mujeres como los hombres están dotados de un aparato reproductor. Los aparatos de la mujer y del hombre tienen una doble función, la de reproducir y la de dar placer. Por lo tanto la mujeres además de reproducir al igual que los hombres, están dotadas para sentir placer.
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