El término "Detox" significa desintoxicarse y los zumos y dietas detox se han creado para dar un descanso a nuestro cuerpo de tantas toxinas y alimento procesado. Eso no implica necesariamente que te alimentes únicamente de zumos y aquí te daré algunos consejos para que lo consigas.
5 CONSEJOS DETOX PARA PRINCIPIANTES
Aumentar la cantidad de líquido que tomamos. Como ya sabemos hay que beber unos 2 litros de agua al día, pero si no estás acostumbrada, esos 8 vasos de agua pueden parecer un mundo, por eso para ayudarnos lo mejor es apostar por los tés, infusiones y zumos de fruta naturales. Las mejores para el propósito detox son el té verde o rojo y los zumos de cítricos, como la naranja o el limón, sobre todo en el desayuno.
Verde que te quiero verde. Toca darle un respiro a nuestro cuerpo tomando verduras. Son muy ligeras, contienen mucha agua, vitaminas y minerales. Podemos incorporarlas en sopas, caldos, cremas, cocidas o crudas. Algunas opciones son el brócoli, la zanahoria o las espinacas por ejemplo.
Vuélvete una frutícola, o lo que es lo mismo, aumenta la cantidad de fruta que tomas. Contiene mucha fibra, agua y vitaminas. La piña por ejemplo además es muy diurética y es ideal tomarla por las mañanas, la naranja es perfecta ya que está de temporada pero si quieres vitamina C mejor el kiwi. Para aumentar la cantidad de fruta puedes desayunar una macedonia de frutas, tomar una pieza de fruta a media mañana en lugar de picar cualquier cosa o hacer zumos y batidos de frutas y verduras y así consigues doble beneficio en un sólo vaso.
A la rica ensalada. Reducir la cantidad de comida puede costar un poco, por eso mi consejo es que tomes una ensalada como primer plato en el almuerzo y reduzcas la cantidad de comida del plato principal, así la comida será más ligera y menos calórica. Eso si, ten cuidado con lo que pones en la ensalada, que a veces nos ponemos creativas y añadimos tantas cosas que convertimos una ensalada ligera en una bomba de calorías y eso no es lo que buscamos.
Elimina lo procesado y refinado Debes eliminar poco a poco todos los alimentos procesados, precocinados y refinados - como las harinas o el azúcar blanco - y sustituirlos por otros más saludables como la harina de avena, leches vegetales o usar panela o Stevia en lugar del azúcar.