Junio es un mes extraño, lleno de emociones, despedidas y comienzos. Es el mes en que termina el colegio y comienzan las dificultades para conciliar; también es el mes en el que comienza el verano, las vacaciones están cerca y al tiempo parece que no terminan de llegar. En definitiva, junio pasa demasiado rápido para todos los placeres que oculta. Hoy quiero descubrirlos contigo para que puedas detenerte en ellos y disfrutarlos como te mereces
1.La primera rodaja de sandía de la temporada: dejarte manchar las mejillas al morder, sentir su jugo fresco y dulce en la boca; jugar con los pipos antes de echarlos al plato… Recordar algunos veranos de tu vida y comenzar una bonita charla de sobremesa en familia.
2.Tumbarte a la sombra de un árbol: cuando el sol aprieta tanto como para buscar la sombra, y las sombras todavía refrescan. Sentir la brisa ligera en tu piel, observar las hojas moverse con el cielo al fondo, escuchar los sonidos del campo, sentir que estás aquí ahora y sonreír.
3.Mojar los pies en un río: sentir el agua helada, caminar despacio entre las piedras resbaladizas hasta alcanzar una gran roca donde sentarte mientras sientes tus pies ligeros y casi ausentes por el efecto del agua fría.
4.El último día de cole de tus hijos: la emoción de la despedida hasta el próximo curso, los nervios por la incertidumbre de lo que dirán sus notas de ellos, la felicidad por haber llegado a las ansiadas vacaciones.
5.Salir a la calle con sandalias: sin calcetines que aprietan ni botas que ahogan. Ese primer día en el que el sol toca tus pies por primera vez después del largo invierno, Sentir el aire circulando entre los dedos, y que de pronto huela a verano.
6.Envolverte en un chal cuando cae el sol. Suave, grande, lo suficientemente ligero para no dar calor, y lo suficientemente cálido para sentirte a salvo de la brisa nocturna.
7.El primer helado de la temporada: recordar tus favoritos de la infancia, los más famosos, aquel puesto junto a la playa, el día que se te cayó y lloraste, o el día que se te cayó y reíste hasta llorar
8.El café con hielo: tomar el café helado después de meses tomándolo caliente. Sentir su sabor intenso y refrescante en la garganta, disfrutar de cada sorbo como si se tratara de una bebida reservada a días especiales…
9.Caminar descalza por casa, sentir el suelo frío bajo tus pies, conectar de nuevo con tu lado más libre, más natural, invitando a buscar la sencillez, la calma del verano, el presente
10.Una comida en la terraza: poner una mesa bonita, llena de detalles que invitan a disfrutar; preparar platos frescos y ligeros que te hacen viajar con la memoria; comer despacio, sin prisa, disfrutando de la conversación y la compañía…
Estos son algunos de los pequeños placeres que esconde para mi el mes de junio, pero estoy segura que tú tienes alguno más. Solo tienes que pararte y observar. A veces se esconden donde menos te lo esperas