Seguramente has empezado a seguir una dieta y lo primero en lo que te has centrado es en realizar una lista de los alimentos y bebidas que debes eliminar por completo o “que no comer”. Este paso puede no ser muy efectivo a largo plazo por una serie de razones importantes:
Terminaras sintiendo que estás privándote de muchos alimentos. Te sentirás mal y perdido por ver todas aquellas cosas que solias comer y beber y que ya no puedes.
No encuentras alimentos para reemplazar aquellos que tanto te gustaban. No hay nada más "sabroso" que justo aquello que sabes que no te está permitido comer más.
Otros están comiendo eso que tanto te gusta y que evitas comer. Esto hace que te sientas aún más reprimido, excluido y solo en tu lucha por conseguir un cuerpo mejor.
La comercialización de los alimentos ha hecho difícil encontrar alimentos que sean ricos, nutritivos y "baratos". Esto se debe a que la mayoría de las personas no buscan este tipo de alimentación. Todos suelen recurrir a comidas baratas, rápidas y "basuras". Es lo que se le ha inculcado a la sociedad. No hay muchas personas metidas en este mundo de la comida sana, los alimentos frescos y los dulces "naturales y saludables".¿Por qué no comenzamos a emplear una técnica al revés? Es decir, ¿Por qué no comenzamos a enfocarnos en QUE incluir en nuestra dieta en vez de QUE NO incluir? Comencemos:
¿QUE DEBEMOS INCLUIR O QUE COMER?
Debemos empezar a enfocarnos en que alimentos necesitamos y deberíamos incluir en nuestra dieta. Si nos enfocamos en sumar alimentos y no eliminar, tu mente se verá afectada diferente. Ahora estas más centrado en descubrir que alimentos puedes o debes consumir. Esto te hará sentirte menos reprimida y te dará mayor fuerza para continuar hacia tu objetivo.
Aquí te propongo algunos ejemplos de elementos que deberías empezar a añadir en tu dieta:
Añade más verduras y frutas a tu menú en vez de comidas preparadas o precocinadas
Si te gusta aliñar las ensaladas prepárate tus propias salsas saludables a base de frutos secos, especias bajas en sodio, pesto o alimentos frescos y naturales.
Frutos secos y semillas naturales en vez de fritos y con sales añadidas.
Alimentos horneados o a la plancha en vez de fritos.
Preparate salsas para los snacks como hummus natural o crema de cacahuetes y acompáñalo de palitos vegetales en vez de recurrir a galletas prefabricadas que contienen grasas saturadas.
Fruta fresca o zumos naturales en vez de refrescos o zumos ya hechos. Por ejemplo, utiliza agua con gas y añade zumo de naranja o de piña o algunas frambuesas con hojas de menta para crearte tu propio refresco.
Usa hierbas y especias para condimentar tus alimentos en lugar de utilizar toppings y salsas con azúcares y sales añadidos y otros aditivos.
Sustituye las barritas de chocolate por chocolate negro.
Hay gran variedad de tés afrutados o herbales que son deliciosos y son muy sanos y refrescantes. Anímate y vete probando.
En vez de picar golosinas de bolsa o chuches prueba con algunos frutos secos naturales como almendras, nueces, pistachos, bayas de goji, etc. Las frutas disecadas pueden servir como golosina adicional pero sin pasarse, ya que a pesar de ser sanos contienen mucha glucosa.
Gracias a este maravilloso enfoque poco a poco terminarás destruyendo por completo esos malos alimentos sin darte cuenta y sin sentirte reprimido o frustrado.
Terminarás por no echar de menos esos alimentos que antes tanto intentabas evitar, porque verás que no son necesarios en tu dieta. Aprenderás el arte de SUSTITUIR esos alimentos tan pesados y negativos por otros más saludables e igual de sabrosos.
Así no se te hará tan difícil ni tan cuesta arriba y verás que con el tiempo te darás cuenta de que estos alimentos no te aportan nada y terminarás dejándolos en el lugar al que pertenecen: las estanterías del supermercado.
Es cierto que no tenemos por qué ser bruscos, si algún día nos apetece un helado o una chuche no pasa nada siempre y cuando no se convierta en un hábito y un alimento indispensable en nuestra despensa.
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