Párate a pensar en ello: para las empresas las personas son recursos para conseguir sus objetivos, y por tanto el valor de las personas depende de su capacidad de ser productivos.
Poco importan las circunstancias, deseos y preferencias de esas personas: el mercado no entiende ni quiere entender de esas cosas…
¿Qué puedes hacer?
Empecemos mejor con lo que NO puedes hacer.
No puedes cambiar a tu empresa, intentar hacerlo es una batalla perdida de antemano, por lo que si ya estás luchando en tu mente contra la insensatez e insensibilidad de tu empresa, te doy un rápido consejo:
Deja de perder tu energía
A cambio, dedícala a mejorar lo que sí que puedes controlar: a ti mismo.
El objeto no es ser más productivo para que la empresa te lleve a puestos de más responsabilidad que mejoren poco tu salario y arruinen definitivamente tu vida.
La finalidad ha de ser explotar al máximo los recursos de que dispones y que de un modo natural tienes facilidad de poner en valor.
Esos recursos son tus talentos, y gracias a ellos puedes destacarte, realizarte y librarte del yugo de una empresa que te ve como un número más de la lista.
¿Por qué es tan importante explotar tus talentos?
Pues porque pasarás de ser un Recurso Humano a ser un Humano con Recursos, y eso supone una gran diferencia.
De hecho las diferencias son múltiples, y para hacerlo más gráfico he querido resumirlas en esta infografía.
¿Vas a seguir siendo un Recurso Humano, o te pasas al club exclusivo de los Humanos con Recursos?
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