Y los machos, ¿dónde quedan?

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Imagen: http://www.insuranceage.co.uk

Las mujeres buscan el amor hasta por debajo de las piedras. Cuando lo encuentran no hablan de otra cosa más que casarse y cuando lo hacen, sólo quieren tener hijos.

Viniendo de una familia donde la población femenina arrasa (y seguirá arrasando por cierto parece que en mayo hay una nueva Alanís) y donde todos bailamos al son de la abuela (aunque ya no esté con nosotros) sería normal pensar “los hombres qué” “las viejas somos las chingonas” pero así como me fascina ser mujer y obvio deseo seguir la tradición familiar y tener puras niñas aunque el cavernícola bromeé que las tirará a la basura, me declaro FAAAAAN de los machos y es que al final, pues no hay necesidad de llevar las cosas a los extremos, ¿no crees?

Llevo 6 meses siguiendo la vida de varias mujeres entre 25 y 35 años. Solteras, casadas, divorciadas, con hijos y sin hijos. Conozco su día a día, me cuentan sus sueños, sus miedos y sobretodo sirvo como punch bag cuando necesitan quejarse de la vida y tras ese seguimiento he podido recopilar lo siguiente:

Las solteras lo único que quieren es encontrar el amor, algunas no hacen más que quejarse de los hombres, los detestan, los humillan y cuando por fin alguien les habla bonito caen redonditas.

Las recién casadas no esperan ni dos meses y empiezan a buscar mascota (entre que quieren tener hijos pero creen que es pronto, vuelcan el amor maternal hacia el nuevo miembro de la familia)

Las casadas con hijos, respiran, suspiran, viven, sienten y luchan por ellos.

Tras esas observaciones, la duda que siempre me queda al final del día es ¿y los machos, dónde quedan?

Si bien somos individuos y nacemos y morimos solos tenemos la necesidad de estar y compartir con alguien ¿que no?

Hace poco dos chicas se mofaban de mi porque con singular alegría decía “mi media naranja” “mi otra mitad” me alegaron que son términos del pasado y que nadie necesita a alguien para sentirse completo. Tras varias horas de discusión, les comenté que no me parecía un término del pasado y lo más importante no hay necesidad de tomarse las cosas de una manera tan literal. En fin, mi argumento es simple: Soy un individuo, vivo y amo por mi y para mi, me siento completa, dichosa, feliz y hoy decido compartir eso que soy con alguien. ¿Qué hay de antiguo en eso?

Las mujeres se quejan una y otra vez que los hombres no las entienden, que los hombres son infieles, cabrones, unos buenos para nada. Y si nos metemos al feminismo (mal encausado) pues en pocas palabras los hombres apestan. Pero, ¿y las mujeres? Tampoco creo que sean una perita en dulce, sobretodo las que cuando por fin cumplen el cometido de tener hijos y ni por error voltean a ver a su pareja. Los convierten en un mueble más de la casa, un mueble que se jode horas extras porque el bebé tiene que estar al último grito de la moda, o porque tiene que ir a la escuela más nice, pero que pierde todo derecho de sentir y sobretodo pierde el derecho de ser lo que era antes; Una pareja, esa otra parte con quien hacer equipo.

Al menos en la vida de estas mujeres, los hombres por lo regular pasan a segundo término. Resultan importantes para cumplir el cometido pero después puedo decir sin afán de ofenderlos que a ratos hasta se convierten en un estorbo, un estorbo al que se le exige todo (buen trabajo, buen sueldo, ser sociable, buen padre, etc.) Me atrevo a decir que se convierten en hombres floreros eso sí un florero que apoquina con lo que le corresponde y al que rara vez se le ”le atiende” si, si  leíste bien. “Se le atiende” en toda la extensión de la palabra (guiño guiño).

¿Dónde quedan las etapas del romance de pareja?, ¿dónde quedan los votos que se dicen frente al juez, rabino, cura?, ¿dónde queda ese paso del ser novios a ser pareja?, ¿dónde queda el ponerte bonita para la cita del sábado?, los nervios, el mirarlo a los ojos, las cosquillita en la barriga al saber que cada día deseas despertar a su lado, ¿dónde queda?

Los hombres al igual que tu y que yo sienten, se deprimen, necesitan consejos, ayuda, apoyo, necesitan de ti.

¿Quieres más dinero? En lugar de presionarlo y dejar que se ahogue en trabajo, es más fácil que veas la opción de llevar más dinero a la mesa ¿no crees? Son un equipo o qué, ¿eso de los hombres y las mujeres son iguales sólo es para cuando conviene?

Vivir en pareja definitivamente es un arte y no cualquiera puede ser un verdadero artista. Si bien no hay reglas para ser pareja les comparto dos textos que hablan al respecto: El difícil arte de vivir en pareja y Cómo vivir en pareja sin morir en el intento.

Mi abuela decía nunca dejes de ver a los ojos a tu marido cuando la mirada de tus hijos te enamore. Definitivamente una de tantas frases que me encanta y que me parece acertada en su totalidad. Así que ya lo sabes si sólo quieres tener hijos, se vale pero hazlo sola y si quieres el paquete completo pues hay que trabajar mamacita porque le dijiste sí acepto al hombre que tienes al lado no a los hijos y mucho menos a las cosas que hoy tienes. Se lo dijiste a él.

firma alanis ok


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