Pues resulta que ni todo son "varices" ni existe eso que llamamos "mala circulación", y lo he descubierto gracias al libro "Varices: lo que debes saber" de Jorge Molina Martínez; un libro fácil de leer con el que he aprendido mucho y que me ha inspirado este post en el que intento que veamos si la alimentación tiene algo que decir también en este tema.
¿Seguimos?
Jorge Molina es un médico valenciano, especialista en Angiología y Cirugía vascular, que reside en Abu Dhabi y se ha propuesto luchar contra la desinformación que provoca internet en los temas médicos mediante una serie de libros que, con un lenguaje sencillo y comprensible por todos, divulguen conocimientos médicos de interés para la población en general.
En el primero de ellos, "Varices: lo que debes saber" que he tenido el placer de leer recientemente, nos habla de este problema tan común explicando de forma sencilla qué son varices y qué no, sus posibles causas y los tratamientos que existen actualmente, derrocando además falsos mitos y creencias en torno a ellas.
Qué son y cómo podemos prevenirlas
Como nos explica el Dr. Molina, la insuficiencia venosa se da cuando las venas que deben llevar la sangre de vuelta desde los pies al corazón no son capaces de hacerlo "suficientemente bien". La consecuencia directa será el aumento de la presión dentro de las venas y su dilatación; como se encuentran justo debajo de la piel, es fácil que protuyan hacia afuera formando unos bultos o cordones: las varices.
En un capítulo del libro nos recuerda el Dr. Molina que, aunque las varices no pueden ser eliminadas con métodos no invasivos, es esencial en el tratamiento de la insuficiencia venosa y, por tanto, en la prevención de las varices tomar una serie de medidas como:
Mantener un peso adecuado, ya que obesidad y sobrepeso empeoran la insuficiencia venosa.
Evitar los tacones demasiado altos porque reducen la movilidad de la musculatura de la pierna impidiendo el retorno venoso.
Evitar la ropa que se ajuste demasiado y comprima las zonas altas de la pierna o el abdomen porque también dificultan el trabajo de las venas y el sistema linfático.
Intentar no estar mucho tiempo de pie inmóvil o sentado. La semana pasada vimos formas de hacer ejercicio incluso sentados y algunas de ellas hacían trabajar los músculos de las extremidades inferiores ¿lo recuerdas? En cuanto a las personas que por trabajo tienen que permanecer de pie inmóviles, deberían realizar movimientos de extensión y rotación del pie, u otros como ponerse de puntillas durante unos segundos, que contraigan y relajen la musculatura (si es posible, claro... ¿te imaginas a la guardia real del Palacio de Buckingham rotando los tobillos o poniéndose de puntillas?)
Cuando tengamos ocasión poner un rato las piernas en posición elevada.
El calor produce vasodilatación y empeora la insuficiencia venosa, así que tendremos que evitar saunas, demasiado sol, estufas,... Sin embargo nos vendrán muy bien las duchas con agua fría, introducir las piernas en el mar o la piscina o las cremas con efecto frío.
Practicar ejercicio regularmente; los únicos contraindicados serían aquellos que aumenten mucho la presión abdominal, como el levantamiento de pesas.
Usar medias de compresión elástica es una medida conservadora de gran utilidad en el caso sufrir de insuficiencia venosa.Qué debemos comer
Como ya nos advirtió el Dr. Molina, es esencial mantener un peso saludable, y para ello en este blog tienes multitud de artículos que te ayudarán a conseguirlo, pero, para ser más específicos, hay una serie de alimentos que nos pueden ayudar si sufrimos insuficiencia venosa o ya tenemos varices. Vamos a verlos...
Elige bien las grasas
No sólo por no aumentar de peso; las grasas saturadas que encontramos, por ejemplo, en mantequilla, lácteos no desnatados, embutidos, comidas preparadas,bollería industrial etc, hacen que aumenten los triglicéridos y el colesterol y que la sangre se vuelva más viscosa, dificultando su circulación. Sin embargo, las "grasas buenas" como los omega 3 tienen un beneficioso efecto antiinflamatorio ¿recuerdas?
Cebolla, ajo y jengibre
Por el contrario, estos tres alimentos funcionan como antiagregantes plaquetarios, con lo que hacen a la sangre "más líquida" y permiten que circule mejor. Mucha atención si tomas anticoagulantes orales; recuerda que no debes hacer cambios drásticos en tu alimentación que puedan influir en el tratamiento.
Sí al azul, también en tu plato
¿Comida azul? Bueno, en realidad, morada, azulada, rojo oscuro,... me refiero por ejemplo a las berenjenas, arándanos, grosellas, fresas, ciruelas, higos, uva roja, col lombarda,... Todos estas riquísimas frutas y verduras contienen unos flavonoides llamados antocianinas que, además de ser responsables de su color, tienen propiedades antiinflamatorias, drenantes e incluso reparadoras de los vasos sanguíneos.
Vitamina C
Naranjas limones, pimientos, tomates, kiwis, perejil,... todos ellos nos aportan esta vitamina esencial para la formación del colágeno, ayudando a reparar los vasos dañados además de aportarles la resistencia y flexibilidad que necesitan.
Más potasio, menos sodio y más agua
Las personas con varices suelen también sufrir de retención de líquidos como consecuencia directa de la insuficiencia venosa, por lo que notan que las piernas se les hinchan y se producen edemas. Para ayudar a eliminar estos líquidos debes, además de beber suficiente agua (unos dos litros al día), disminuir el consumo de sal (vigila la "sal escondida") y aumentar el consumo de frutas y verduras, que son, sobre todo las últimas, ricas en potasio. Recuerda que una de las frutas más ricas en potasio es el plátano...¡y en Canarias tenemos los mejores!
Piña
También la piña nos va a beneficiar porque contiene bromelaína, una enzima que activa el plasminógeno de la sangre, sustancia que tiene a su vez actividad fibrinolítica, es decir , que disuelve los coágulos que puedan estar empezando a formarse, haciendo que la sangre esté menos densa.
Más fibra
El estreñimiento es perjudicial en varios sentidos: por una parte, la acumulación de heces en el intestino hace que aumente la presión sobre los vasos sanguíneos circundantes y, por otra, el esfuerzo necesario para evacuar daña los vasos de la parte inferior de las piernas. Así que, hay que tomar medidas para evitarlo y una de ellas es aumentar el consumo de fibra, ya sea directamente con los alimentos (tomar la fruta con su cáscara, los cereales integrales,...) o, si es necesario, añadiendo por ejemplo una cucharada de salvado de avena al yogur o la sopa.
Suplementos nutricionales
Aunque faltan estudios sobre ellos, existen suplementos nutricionales a base de extractos de plantas como los de ruscus y castaño de indias que, si bien es cierto que no atenúan y mucho menos hacen desaparecer las varices, si que hay pacientes que informan de una mejoría en los síntomas al tomarlos.
¡Mucha precaución si sigues un tratamiento con anticoagulantes!
Lo vuelvo a repetir porque es muy importante: si estás en tratamiento con anticoagulantes orales no debes hacer cambios drásticos en tu alimentación ni tomar ningún suplemento por muy natural e inofensivo que te parezca sin consultarlo con tu médico, ya que muchos de ellos podrían contrarrestar o aumentar los efectos de la medicación, lo cual sería muy peligroso.
En fin, una alimentación sana, rica en frutas, verduras y fibra, unida a ejercicio, algunas medidas higiénico-posturales y un consumo adecuado de agua, van a ayudarnos a que no aparezcan las temidas varices, cuyo mayor problema no es el estético, sino que la insuficiencia venosa a la que están asociadas dé lugar a la formación de trombos; entonces estaríamos hablando ya de problemas mayores, con consecuencias incluso fatales.
Así que no te descuides, aplica los consejos que el libro del Dr. Molina, al que espero sigan muchos más igual de interesantes, y este blog te damos y ¡aligera tus piernas este verano!
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