Cuantas veces nos sentimos abatidos y tristes sin razón ?aparente?, nos quejamos porque nuestra vida no nos proporciona satisfacciones y vamos por ella como quien va por un pasillo mecánico, sin movernos viendo lo que ocurre a nuestro alrededor, permitiendo que todo pase sin intervenir, siendo simples espectadores de nuestras vidas.
¡Qué diferente es cuando ese mismo día alguien nos dice un cumplido, o nos da las gracias por algo!, casi instantáneamente se nos ilumina el rostro y nos sentimos inexplicablemente bien, y es que todos absolutamente todos, necesitamos reconocimiento, esa palabra o frase que nos recuerda que existimos y lo valiosos que somos solo por el hecho de estar aquí.
Pero para obtenerlo lo primero que debemos hacer es darlo y eso pasa por nosotros mismos, ¿Cuántas veces nos reconocemos como personas valiosas y merecedoras? ¿Cuántas veces nos miramos al espejo y nos decimos algo bonito, o validamos algo que hemos hecho bien?, ¿O agradecemos a los demás con un gesto o una palabra bonita?
Practicar el reconocimiento es fácil y nos devolverá muchas satisfacciones y es uno de los primeros pasos a dar para cambiar la inercia en nuestras vidas. Seguiremos hablando de esto. Ahora ¡ve al espejo y reconócete!