Lo que sucede es que muchas personas creen que hablar de los problemas sexuales es difícil, principalmente porque suele haber un sentimiento de vergüenza, culpa o fracaso en la vida sexual y en la vida en pareja. Sin embargo, los terapeutas sexuales pueden ser una gran ayuda para empezar a trabajar sobre las causas de estas disfunciones y cómo solucionarlas.
¿Qué es la terapia sexual?
Estamos hablando de un tipo de psicoterapia que busca ayudar a las personas que experimentan dificultades en su vida sexual o sentimental. Estas dificultades surgen a partir de disfunciones sexuales, problemas con la identidad de género, parafilias (nombre con el que se habla acerca de trastornos como el vouyerismo o exhibicionismo), problemas de orientación sexual o incluso complicaciones que surgen por haber sido víctimas de abusos sexuales. Si bien estos son los temas más habituales que se pueden abordar en una sesión de terapia sexual, existen otras razones o causas que pueden aparecer en la psicoterapia.
Los trastornos y limitaciones sexuales no necesariamente tienen una sola causa. Por eso se los conoce como multicausales. Al haber tantos factores que inciden en la problemática, la terapia sexual no es inmediata en ofrecer soluciones, pero es un acercamiento que ayuda a ir detectando algunos de los rasgos y situaciones que originaron el problema.
El trabajo del terapeuta sexual
Al trabajar con causas psicológicas y mixtas, la intervención de los terapeutas sexuales requiere un trabajo que probablemente aborde otras disciplinas. Un equipo médico centrado en la recuperación del paciente, la detección de los orígenes del problema y el mejor camino para ir abordándolo y superándolo con el paso del tiempo. Lo cierto es que la terapia sexual no arroja resultados inmediatos.
Puede tardar entre dos y tres meses, o hasta varios años dependiendo del paciente, los motivos y los síntomas. Lo cierto es que el tratamiento irá ayudando a enfocar y detectar las problemáticas sexuales y el trabajo de la pareja para sortear las dificultades.
Sin embargo, y es muy importante destacarlo, el paciente debe estar dispuesto a trabajar con el terapeuta. En temas psicológicos, la apertura del paciente para acercarse a la terapia debe existir, de lo contrario se vuelve muy difícil trabajar en intentar detectar lo que sucede. Por supuesto, el profesional tiene herramientas que lo ayudarán a ir buscando el camino para que el paciente pueda trabajar las causas de su problema, pero tiene que haber una decisión previa de dejarse ayudar para poder encontrar, trabajando en conjunto, el origen y el camino para solucionar una problemática que afecta a la pareja y a la calidad de vida del paciente.