¿Por qué algunas personas cuando entrenan empapan de sudor sus camisetas, y otras apenas sudan unas gotitas? ¿Es más efectivo el entrenamiento en el que se suda mucho? Si no he sudado mucho, ¿entonces no hice bien mi ejercicio? Preguntas como éstas siempre se encuentran en los foros de ejercicios y entrenamiento físico. Siempre se asocia la calidad del entrenamiento con la cantidad de sudor que producimos.
Lo que la mayoría de las personas no saben, es que el sudor es un termorregulador. Es decir, que su función es enfriar tu temperatura corporal cuando ésta se eleva demasiado. Además tiene otros beneficios, como:
1. Activar el corazón, de forma que los latidos impulsan a la sangre hacia la superficie de la piel para enfriarla. En este proceso se facilitan procesos como la eliminación de la celulitis.
2. Alivia el calor, pues el calor corporal aumenta la producción de endorfinas, el calentamiento mejora las articulaciones rígidas y así se elimina el malestar.
3. Mejora la respiración. Algunas personas creen que usando productos para sudar, o fajas durante el ejercicio, adelgazarán más. Pero al contrario, de esta forma se disminuye la energía para ejercitarte y además puedes llegar a marearte.
Es importante que al terminar de hacer tu rutina de ejercicio, enfríes unos minutos las vías respiratorias, tomes una ducha de agua templada y así puedas estabilizar tu ritmo cardíaco y temperatura corporal.
De modo que no debes preocuparte si sudas poco durante tu entrenamiento. Al contrario, si has corrido media hora y no has sudado, de todos modos habrás quemado unas 300 calorías, y notarás los beneficios del ejercicio aparte del sudor que hayas o no producido.
Es importante que no olvides mantenerte hidratado, tomando entre 10 y 12 vasos de agua diariamente para asegurarte de mantener tu organismo en óptimas condiciones antes, durante y después del entrenamiento