El 2% de las mujeres embarazadas sufren cistitis o infección vesical. Esta patología se caracteriza por dolor por encima del pubis, dolor al orinar, aumento de la frecuencia en las micciones, sangre en la orina, color turbio de la orina. Durante el embarazo, el alto nivel de la progesterona relaja la musculatura lisa de los uréteres, y esto los dilata y ralentiza el flujo de la orina. Además el útero, que cada vez está más grande, puede comprimir los uréteres lo cual también dificulta el paso de la orina.
La vejiga pierde tono muscular durante el embarazo. Resulta más difícil vaciarla por completo y se vuelve más propensa al reflujo, una condición en la que parte de la orina vuelve a subir por los uréteres hacia los riñones. Durante el embarazo unas sustancias liberadas por el cuerpo de la madre modulan y disminuyen la respuesta del sistema inmune de la mujer para que pueda tolerar mejor su embarazo. Por eso, cualquier mujer embarazada tiene un alto riesgo de cualquier tipo de infección. La uretra de las mujeres es corta, recta y está cerca del ano, por lo que estas características anatómicas también aumentan el riesgo de sufrir cistitis no sólo en mujeres embarazadas sino en general en las mujeres.
El resultado de todos estos cambios es que la orina tarda más tiempo en atravesar las vías urinarias y esto da más oportunidad a que las bacterias se multipliquen y se adhieran a la superficie de las vías urinarias y también facilita la ascensión de la orina hacia los riñones. Además, durante el embarazo, la orina es menos ácida y es más propensa a contener glucosa y ambas cosas aumentan el potencial de crecimiento de las bacterias.
Las mujeres embarazadas pueden tener bacterias en su orina y no presentar ningún síntoma. Esto se conoce como bacteriuria asintomática. El diagnóstico de la bacteriuria asintomática se realiza mediante un cultivo de orina. Si el análisis da positivo el tratamiento será la administración de antibióticos por vía oral.
Cuando una mujer embarazada tiene infección de orina con síntomas, el tratamiento será el mismo que en el caso de bacteriuria asintomática. Sin embargo, en el caso de infecciones en los riñones, se requiere de hospitalización y administración de antibióticos por vía intravenosa.
Métodos para prevenir la cistitis durante el embarazo
Una buena opción de la prevención de las infecciones urinarias en mujeres embarazadas es la administración de arándano rojo. No se conocen efectos secundarios del arándano, tanto en su uso puntual como en su uso prolongado. No hay contraindicaciones para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Las proantocianidinas, que se encuentran en esta fruta, hacen que las bacterias como E. Coli no se adhieran a las células del tracto urinario y no encuentren un entorno favorable para su replicación, con lo cual se limita la infección. El arándano rojo contiene cantidades significativas de ácido salicílico, que puede disminuir la hinchazón, prevenir la formación de coágulos sanguíneos y puede tener efectos antitumorales.Para prevenir la cistitis durante el embarazo, lo más recomendable es que se cambien los hábitos:
Bebe mucha agua y vacía la vejiga con frecuencia.
Límpiate de delante hacia atrás para evitar que las bacterias de las heces se acerquen a la uretra.
Antes y después de mantener relaciones sexuales limpia el área genital e intenta hacer pis.
Bebe jugo de arándano.
Evita los productos químicos que pueden irritar la zona genital
Consulta con un médico si presentas síntomas de infecciones urinarias.
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