En mi opinión, la mejor hipnosis es la que ocurre fuera del "ritual hipnótico", porque como no hay consciencia, no hay resistencia.
Las técnicas de comunicación hipnótica, nos permiten establecer una doble comunicación con la persona. Por un lado a nivel racional y consciente y paralelamente a nivel inconsciente "sembramos" ideas , posibilidades, escenarios abiertos al cambio. No es fácil mantener estos dos niveles de comunicación simultáneos, requiere mucha práctica hablar o entretener al consciente, mientras tu lenguaje verbal y no verbal se comunica con el inconsciente a otro nivel.
Lo más interesante de esta maner de trabajar es que siempre que las sugestiones sean aceptables para el inconsciente de la persona i actuemos desde una intención positiva para el bien de la persona y no para otros fines, su inconsciente se abre a ese menú de posibilidades y se relaja.
Al fin y al cabo toda terapia busca tener más opciones, estrategias, herramientas y puntos de vista sobre las cosas. Ser flexible y adaptable, da muchas posibilidades.
Si intentáramos "colar" ideas para nuestro provecho y no para el bien de la persona, su inconsciente, como testigo vigilante, se defendería y aunque la persona no lo percibiera, dejaría de aceptar nuestras opciones. Así que no estamos tan indefensos a las sugestiones como podría parecer. Sólo nos dejaremos sugestionar cuando percibamos una intención clara y limpia y nos parezca aceptable lo sugerido.
Cuando intentamos usar estas técnicas en el mundo de las ventas comerciales, no dan el resultado esperado, porque el inconsciente percibe la intención y se defiende.
Como decía Milton Erickson, "nunca intentes usar el inconsciente del otro en tu provecho". Me parece un principio ético básico y además cuando lo respetas la terapia fluye mucho mejor.
Durante la conversación racional de la sesión, vamos a dar al inconsciente de la persona más opciones, más puntos de vista, más posibilidades para abrir la mirada hacia nuevos comportamientos y creencias. Pero cuestionar directamente, puede generar resistencias al cambio, en cambio aprovechar lo que parece una simple anécdota personal, un cuento, una metáfora, una pregunta abierta, etc. para señalar otras maneras de ver el tema suele dar muchas más posibilidades a la persona para generar cambios. Además, cuando nuestra sugestión es lo suficientemente imprecisa, como para que la persona la formule en base a su sistema de creencias y valores, la hace mucho más útil. Es como darle materiales y herramientas diversos y que sea la persona quián decida como y cuando usarlos de un modo útil y positivo.
El uso de los cuentos, historias personales, ejemplos de otras personas, etc, dan mucho juego para ofrecer muchas alternativas al modo de pensar que ha construido el problema. Es como ofrecer un bufet libre de alternativas y dejar que sea la persona quién aproveche lo más útil del mejor modo posible.
Para el terapeuta implica estar presenta y conectado en todo momento, porque si mantener una conversación ya tiene su dificultad, mantener dos al mismo tiempo, requiere de entrenamiento. En ocasiones, la conversación obvia y consciente, puede ser sólo una cortina de humo para no hablar explícitamente del tema relevante, y aprovechar eso para alimentar esos dos niveles de comunicación es especialmente útil.
Podemos ver a la persona hablar de un tema y al mismo tiempo nos hace sugerencias indirectas inconscientes sobre un tema mucho más importante que es el verdadero motivo de la consulta.
La estructura clásica de las fases de la hipnosis: inducción-profundización-utilización-sugestiones posthipnóticas, se usan de un modo mucho más flexible en este tipo de consulta, el "warming" puede empezar incluso antes de la primera visita, con simples propuestas del tipo : "lo primero que voy a preguntarte cuando nos veamos . será que ha mejorado sobre este problema desde hoy hasta la visita".
Estamos sugiriendo dirigir su atención hacia un lugar concreto que nos será útil para trabajar en la sesión, la persona percibe de un modo más o menos consciente la intención positiva de la propuesta y si realmente quiere resolver su problema, la aceptará.
Podríamos verlo como una inducción sutil. Como cuando al inicio de la consulta sugerimos que se acomode relajadamente, que desconecte el móvil para poder estar centrado en lo que ocurra durante la sesión de un modo fácil y resolutivo evitando interrupciones. Podríamos decir "apague el móvil", pero desaprovechamos la posibilidad de empezar a sugerir un estado de centramiento y relajación útil desde el primer minuto de consulta.
Esta manera de aprovechar la conversación para ofrecer sugestiones que faciliten el trabajo, es un dinamizador de los resultados sorprendente.
En muchas ocasiones hay personas que me atribuyen frases o consejos que nunca dije. Por ejemplo decir " quizás te sea más natural encontrar la manera de hablar de eso con tu pareja que intentar posponer la conversación un tiempo más" puede ser traducido por la persona de muchos modos, y puede que cuando hable eso con la pareja le parezca que le dijimos que lo hiciera o le parezca que ha sido idea suya. No importa.
Analicemos la sugestión:
quizás: implica posibilidad
natural: sugiere algo fácil, que simplemente ocurre
intentar: sugiere que no es muy útil, que es sólo un intento
posponer la conversación: da por hecho que la conversación tendrá lugar, ahora o más tarde. Es una instrucción encubierta.
Si le digo:"debes hablar ya de eso con tu pareja" puede aceptarlo o no, en cambio si digo lo mismo sin ninguna imposición , sólo com una posibilidad más "natural" que no hacerlo, permito que sea la persona que decida si acepta la sugerencia y como la ejecutará.
Durante la sesión, explicar una historia personal, un cuento, una anécdota de otra persona, etc. nos da la oportunidad de ofrecer metáforas y escenarios distintos donde ampliar la visión del tema central. En las metáforas tenemos gran libertad expresiva para dar giros a los acontecimientos en muchas direcciones qua abran a nuevas posibilidades .
Pongamos un ejemplo: una persona que tiene miedo a separarse por inseguridad, puedo contarle una anécdota aparentemente sin ninguna relación acerca de mi viaje a la Amazonia, mientras observaba como todos los árboles de la jungla crecen delgados hacia la luz, dándose sombra y cobijo unos a otros, mientras que cuando alguno crecía más distanciado del resto su tronco engrosaba, ocupaba más espacios y sus raíces tenían más recursos que le permitían desarrollar todo el potencial de su especie.
También los finales de las sesiones son un terreno abonado a "sembrar" soluciones y posibilidades, a modo de sugestiones posthipnóticas. Cuando me despido con algo así como "pon tu atención en como lo que has trabajado hoy genera cambios en du vida diaria", estoy dando una posibilidad para que la sesión continúe una vez terminada ofreciendo resultados en el futuro. Es invitar al inconsciente a seguir trabajando en esa dirección dirigiendo la atención a los resultados positivos que actúan como feed-back de la mejoría obtenida.
En resumen, ser hipnólogo es muy útil para un terapeuta , aunque no use la hipnosis formal en absoluto. Un buen ejemplo es la Terapia Breve Estratégica, en la que solemos proponer tareas entre una sesión y la siguiente. Muchas veces es mejor no explicar el objetivo de la tarea para que sea la persona quién saque sus propias conclusiones. Pero aceptar hacer una tarea que no entiendes para que sirve no es fácil para todo el mundo. Si facilitamos la aceptación de la tarea con una conversación sugestiva que de pistas al inconsciente de todo lo que puede aprender con esa tare , pero sin desvelar la intención, vamos a conseguir un mejor cumplimiento y aprovechamiento de la experiencia y sin resistencia. Como dicen algunos "no entiendo lo que me pides que haga pero "siento que me va a ayudar de algun modo". Es como dar un regalo , pero pidiendo que todavía no lo abra.
Por último decir que este estilo de terapia, en que dejamos que la persona se abra a más posibilidades y encuentre sus propias soluciones es menos "lucido" para el terapeuta. La persona usa sus propias estrategias, a veces algun tiempo después de terminar la terapia, como semillas que sembraste y germinan en el momento oportuno. Ya nadie se fija en quién las sembró, pero ahí está el resultado, eso es lo que importa.
Además los cambios inconscientes son poco percibidos por la propia persona, que los vive como algo natural, como una evolución normal, más que como un cambio excepcional. El terapeuta observa grandes cambios mientras la persona no les da mucha importancia. Ese es un buen indicador de sutileza y efectividad terapéutica.
Así que si eres un terapeuta con gran ego te frustrará que no te den los méritos de los resultados. Claro que si sigues necesitando tanto alimentar tu autoestima puede que necesites un cambio interno antes de seguir haciendo terapias a otros.