A medida que el niño crece se van cayendo las piezas dentales temporales (comunmente llamadas "de leche") siendo reemplazadas por dientes permanentes o definitivos.
Estas piezas definitvas no se reemplazan por ninguna otra, así que es muy importante cuidarlas desde temprano.
A los 6 años sale el primer molar permanente por detrás de los dos molares de leche y a los 12 años el segundo. En cambio los premolares saldrán en el lugar que ocupan los molares de "leche". La anatomía de la cara masticatoria de estas piezas presenta fosas y fisuras, en las cuales se retienen con mucha facilidad restos de alimentos, siendo a veces, muy dificil su eliminación, más aún si se tiene en cuenta que a esa edad se suelen ingerir demasiados hidratos de carbono (caramelos blandos, chicles con azúcar, chocolates etc.). Estos restos de alimentos o golosinas retenidos en los surcos de los molares y premolares dan lugar a una segura caries.
Para prevenir esto es aconsejable sellar dichas piezas.
...¿Pero que significa "sellar"?
La técnica de sellado consiste en aplicar una delgada película de resina acrílica sobre la cara masticatoria de la pieza dental. Se trata de un procedimiento sencillo, nada molesto (se realiza sin anestesia), ni invasivo, y extraordinariamente útil, por lo que se considera una excelente medida preventiva para la caries infantil.
Tras proceder a una cuidadosa limpieza de la superficie de los dientes a tratar, el profesional aplica y extiende resina acrílica sobre la pieza dental para que forme una capa uniforme. Al secarse, la película queda firmemente adherida a la superficie dental y proporciona una eficaz protección contra la caries, disminuyendo así su exposición a los ácidos que la provocan.
Una vez selladas las piezas, se controlarán por el profesional cada seis meses.
¿Estabas al tanto de la existencia de este método preventivo?