1. Lo que debes tener en cuenta sobre entrenar durante las horas más tempranas del día
Como es obvio, las obligaciones que tenemos durante nuestro día a día son prioridad al momento de escoger las horas en las que realizaremos los entrenamientos; y como la mayoría de nosotros solemos ir al trabajo o hacemos la mayoría de otras actividades durante el día, lo más común es que los ejercicios los dejemos para la tarde o la noche. Sin embargo, debemos tener en consideración las ventajas de entrenar bien temprano si es que durante una época nos surge la posibilidad de hacerlo. A continuación, presentamos algunas de ellas:
- Nos revitalizamos: el ejercicio a estas horas sirve para mantenernos activos y con más energía durante el resto del día. Así de esta manera podremos cumplir nuestras obligaciones con una mejor actitud.
- Mantendremos controlados los niveles de estrés: Esto se debe a que las endorfinas que libera nuestro cerebro al momento de realizar ejercicio físico se mantendrán activas desde el inicio para aumentar la prolongación de sus efectos.
- Fijar los horarios: el mantener un solo momento del día en el cual entrenemos de manera constante sin tener que rotar los horarios hará que nuestro cuerpo se acostumbre, lo que a largo plazo evitará problemas de la salud relacionados con el área cardiovascular.
- Más para nosotros: al ser el horario de la tarde/noche el predilecto de la mayoría de la gente para entrenar, durante la mañana no tendremos que esperar para utilizar una máquina en el gym, y en la calle o los parques el espacio para correr será más amplio. En resumen: menos agobio y tráfico de gente.
2. Lo que necesitas saber acerca de entrenar durante las tardes y/o noches
El entrenamiento en las horas tardías, al igual que el de las horas tempranas, cuenta con diferentes ventajas que podremos aprovechar si es que nuestro ritmo de vida no nos permite hacer ejercicios por las mañanas. Aquí algunas de ellas:
- La energía: en contraparte con los entrenamientos matutinos, cuando hacemos ejercicio por las tardes aprovecharemos al máximo la cantidad de energía almacenada en las reservas de nuestro cuerpo. Cabe destacar que esto solo se producirá si nuestra alimentación es la idónea para ello
- Previene lesiones: existe la creencia de que durante la mañana estamos más propensos a sufrir de alguna lesión por el hecho de que nuestro cuerpo a esas horas no ha pasado por un óptimo proceso de calentamiento y, según esto, el mejor momento para entrenar sería en la tarde ya que nuestros músculos se habrán activado a lo largo del día.
- Mejora el descanso: Aunque pudiera resultar más agotador entrenar apenas unos minutos después de terminada nuestra jornada laborar, es este mismo agotamiento el que provocará que nuestro sueño nocturno nos resulte mucho más relajante y efectivo.
- Nos ayuda a sobrellevar los efectos negativos del trabajo: nada mejor que una sesión de ejercicios para poder relajarnos y así aliviar el estrés que se haya podido producir durante una jornada laboral.
3. En conclusión
En este artículo hemos descubierto que el entrenamiento tanto diurno como vespertino cuentan con distintas ventajas igual de aprovechable. Lo importante es que escojamos realizar nuestros ejercicios teniendo en cuenta las demás actividades diarias que solemos cumplir.