Antibióticos. Las infecciones vaginales bacterianas, como la vaginosis bacteriana o tricomoniasis causan olores vaginales fuertes, a pescado. Las cremas perfumadas, aerosoles o lavados femeninos ocultan temporalmente el olor, pero a su vez irritan los tejidos vaginales. En respuesta, la vagina produce más secreciones. Estas secreciones mantienen la vagina caliente y húmeda, y también son condiciones perfectas para el crecimiento bacteriano. Los productos perfumados crean un círculo vicioso sin resolver. Un simple curso de antibióticos eliminará la infección y resolverá el problema del olor. Utilice sólo agua tibia y un jabón suave y sin fragancias ni aditivos.
Anti fúngicos. Los anti fúngicos tratan el olor causado por las infecciones vaginales por levaduras. Las bacterias inofensivas y levaduras viven en armonía en la vagina, hasta que su delicado equilibrio se inclina a favor de uno u otro. En el caso de una infección de levadura, las levaduras son mayores que las bacterias. Estas infecciones causan olores agrios y pastosos. Los productos de higiene femenina perfumados tampoco son efectivos para remediar ese olor. Las infecciones vaginales por hongos se tratan con medicamentos antivirales como cremas, supositorios o pastillas. Aunque algunas infecciones por hongos se hacen evidentes por sí solas, son más propensas a aparecer si la vagina está irritada por los productos de higiene.
Remedios naturales. Muchas mujeres se curan las infecciones vaginales utilizando remedios caseros. Una ducha de vinagre tibio puede restaurar el pH vaginal, restableciendo así el equilibrio de levadura/bacteria. Las duchas vaginales deben hacerse sólo cuando sea absolutamente necesario, ya que puede aseverar la infección en el tracto reproductivo, lo cual puede causar una afección dolorosa conocida como enfermedad inflamatoria pélvica. Muchas mujeres encuentran el éxito con supositorios de yogur o ajo para las infecciones por hongos. Las infecciones bacterianas pueden desaparecer con el tiempo, pero son más propensas a requerir antibióticos, y menos propensas a responder a las curas naturales.