Tanto el trastorno por deficit de atención e hiperactividad (TDAH) como el síndrome de déficit de atención (TDA) afectan sobre la capacidad para concentrarse, en las interacciones sociales y en las actividades cotidianas de las personas que los padecen.
¿Qué es el TDAH?
El TDAH se considera un trastorno que incluye actividad excesiva y fuera de lo normal, dificultando la capacidad de permanecer tranquilo y relajado. Las personas que lo padecen presentan menor desarrollo del córtex frontal, el área que se encarga del autocontrol. La genética juega un papel importante, se calcula que en torno al 70% se debe a factores genéticos. Es más común en hombres que en mujeres. Existen también una serie de factores que pueden hacer que una persona esté predispuesta a sufrirlo como, por ejemplo, hábitos tóxicos durante el embarazo, ser prematuro al nacer e, incluso, crecer en un entorno hostil.
Para su tratamiento suele recomendarse la administración de fármacos y la terapia cognitivo-conductual. Este tipo de terapia ayuda a los pacientes a cambiar su comportamiento, les ayuda a mejorar su autoimagen, a estructurar sus patrones de pensamiento y a superar las dificultades propias de la vida cotidiana. Recurrir a la terapia hace que se vean más resultados que si se tomase simplemente medicación. También se ha estudiado que seguir pautas de alimentación lo más alejadas posible de azúcares, estimulantes y químicos artificiales ayuda mucho a calmar a las personas que sufren este tipo de trastornos.
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«Es como tener el motor de un Ferrari en el cerebro y los frenos de una bicicleta»,
así describe el psiquiatra Edward Hallowel, lo que siente una persona con TDAH.
Se ha demostrado que las personas que sufren trastorno por déficit de atención e hiperactividad suelen lograr una menor formación académica y que presentan problemas de adaptación y disciplina. Para ellos es difícil lidiar con las relaciones personales y, en especial, con las relaciones de pareja. Este trastorno genera mucha angustia a las personas que lo padecen, muchas de ellas coinciden en que intentan cada día mantener la atención y permanecer tranquilos, pero les es extremadamente difícil. Además, tienen poca habilidad para procesar la información porque se distraen con demasiada facilidad, suelen estar muy inquietos y mantienen conductas compulsivas.
Este trastorno es confundido en muchas ocasiones con desórdenes bipolares o depresión. Pero no todo es negativo con respecto a este trastorno. Las personas con TDAH tienen también muchas cualidades positivas: suelen ser personas muy sensibles, empáticas, divertidas, con mucha imaginación y tremendamente creativos. Es muy importante que su entorno las apoye para que puedan encauzar ese exceso de energía de la manera que mejor sepan. Hay muchas personas famosas que han reconocido públicamente padecer TDAH y no por eso han dejado de brillar en lo que les apasionaba. Algunas de ellas son Jamie Oliver, Steve Jobs, Jennifer Lawrence, Jim Carrey, Justin Timberlake, Michael Jordan… Muchos han reconocido haber tenido problemas de adaptación en el colegio. Para ellos era difícil leer información de la pizarra y copiarla en el cuaderno, pero, a pesar de las dificultades que pasaron y de no encontrar en su día con la ayuda necesaria, han conseguido encauzar sus vidas y triunfar en sus carreras.
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¿Qué es el TDA?
La persona diagnosticada con Trastorno por Déficit de Atención, presenta falta de concentración y un comportamiento de distracción en su vida diaria. Se les suele catalogar erróneamente como personas perezosas, desmotivadas e irresponsables.
Qué diferencia el TDAH del TDA
Existen tres síntomas que son fundamentales para detectar si una persona padece TDAH en la edad adulta: la hiperactividad, la falta de atención y la impulsividad.
Cuando es necesario realizar un esfuerzo mental suelen desconectar, son olvidadizos, descuidados y no suelen escuchar.
Ante dos tareas que se requiere que se realicen de manera simultánea suelen fracasar.
Suelen actuar sin pensar, son muy impacientes y expresan sus emociones de manera desmesurada.
Son incapaces de estar quietos, se mueven en exceso, hacen movimientos muy intensos.
Les cuesta esperar su turno. Se expresan con excesiva locuacidad e interrumpen con mucha facilidad a los demás.
Sufren mucho si tienen que mantenerse sentados de manera relajada.
Sin embargo los síntomas de la persona que sufre TDA son muy parecidos a los del trastorno con hiperactividad, pero las personas que sufren este subtipo no son excesivamente activas, ni tienen dificultades para esperar su turno, ni son especialmente impacientes.
Son personas a las que les resulta prácticamente imposible terminar tareas, se distraen con excesiva facilidad y huyen de actividades que requieran trabajo mental y concentración de manera continuada.
Les cuesta mucho entender las cosas de un modo claro, no suelen comprender las órdenes, si no lo han entendido lo suelen olvidar.
Tienen dificultad para la organización de sus asuntos.
Como no son personas excesivamente nerviosas, en muchas ocasiones este trastorno se pasa por alto y se piensa que son personas con poca motivación y entusiasmo en la vida.
Cuando una persona sufre uno de estos dos trastornos, lo que puede marcar una gran diferencia en su calidad de vida es el trabajo terapéutico que reciba. Le será de gran ayuda para conocerse, para identificar las limitaciones propias de su problema y poder adaptar su vida a él. Las personas que asistan a terapia sabrán que requiere un esfuerzo diario pero que merece la pena. Aprenderán a dominar las habilidades sociales, técnicas de atención focalizada, desempeñarán tareas cognitivas, aprenderán a marcarse metas y a encontrar la motivación que mejor se adapte a su forma de ser.
Así, la práctica de metodologías como la meditación o la atención plena podrán permitirte parar y trabajar con la mente, lo que puede resultar de utilidad a la hora de trabajar con patologías como el TDA. Así, el método Crear Salud, puede convertirse en tu mejor compañero para estas prácticas a tu día a día gracias a la app Siente – que puedes descargar aquí –. Esta aplicación usa una metodología muy sencilla, que te abrirá las puertas del mindfulness y la psicología positiva, para mejorar tu bienestar y en definitiva, ser más feliz.
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