Las razones para caer en un estado depresivo son muy variadas. Algunas personas caen en depresión cuando experimentan un acontecimiento emotivo en sus vidas, por ejemplo, cuando perdemos el trabajo o terminamos una relación amorosa importante.
A otras personas les puede afectar como resultado de una suma de factores y acontecimientos: Cuando emigramos y dejamos atrás en nuestro país nuestra familia y amigos más queridos; cuando sentimos falta de habilidad para comunicarnos; cuando nos resulta difícil entender e integrarnos a una nueva cultura. Sin embargo, hay gente que puede llegar a sentirse deprimida sin ninguna advertencia previa, y sin una causa aparente.
Las mujeres sufren dos veces más de depresión que los hombres. Aunque las razones no son claras, existen diferencias genéticas y hormonales que pueden contribuir a la depresión.
Los antecedentes familiares, cuando algún miembro de su familia padece de depresión severa, hay el doble de posibilidades para adquirirla. Aunque puede ocurrir en personas que no tienen parientes con depresión. El uso de ciertas medicinas, algunos medicamentos con o sin receta médica pueden causarla también, por eso es muy importante, evaluar si el estado anímico cambia cuando se comienza a tomar una medicación nueva.
Los grandes, o pequeños cambios en la vida, enfermedades graves, divorcio, jubilación, la muerte de un ser querido, pérdida del trabajo, cambio de país y estilo de vida, crecientes presiones en el trabajo o incremento en la pobreza, pueden originarla.
Los sentimientos de pérdida de control sobre nuestras vidas. Aquellas personas que a menudo sienten que perdieron el control y pasan mucho tiempo lamentándose por ello, tienen mayor probabilidad de desarrollar una depresión mayor.
La presencia de otras enfermedades tales como Alzheimer, cáncer, diabetes, afecciones al corazón, desórdenes hormonales, mal de Parkinson o trombosis. Así como también otros trastornos mentales como la ansiedad y trastornos de la alimentación.
El abuso del alcohol o drogas, cuando se tiene problemas de consumo de alcohol y otras drogas se tiene mayor probabilidad de desarrollar una depresión mayor.
La sintomatología abarca desde:
Llanto con frecuencia sin motivo aparente.
Falta de motivación o de iniciativa para hacer actividades.
Pérdida de interés en actividades que anteriormente resultaban agradables.
Pérdida de la capacidad de disfrutar con las actividades.
Sensación de cansancio constante.
Alteraciones en el peso, pérdida, o ganancia.
Problemas de sueño. Generalmente con despertares nocturnos.
Somnolencia diurna, haciendo que la persona esté demasiado tiempo en cama.
Sentimientos de ira, frustración y culpa.
Sentimientos recurrentes de incapacidad.
Auto devaluación de uno mismo, con muy baja autoestima
Disminución de la capacidad intelectual.
Pensamientos catastrofistas acerca del futuro.
Pensamientos recurrentes sobre la muerte o ideas de suicidio.
Para ser diagnosticada clínicamente los síntomas de la depresión se deben prolongar al menos durante varias semanas y no deben poder ser explicables por un consumo de sustancias.
De la misma manera hay que tener un especial cuidado con los procesos de duelo por pérdida de un ser querido, ya que toda esta sintomatología puede ser explicada por la pérdida, y en estos casos lo aconsejable es dejar que la persona realice su proceso de duelo.
Casi todos nosotros hemos sentido alguna vez, una inmensa tristeza en nuestras vidas. Esto es normal. Sentir tristeza es normal, estar deprimido no lo es.
La depresión no es simplemente una angustia, es también una tristeza o melancolía permanente., por eso es fundamental, apenas uno empieza a ver que su estado anímico está cambiando y que se nota con algunos de estos síntomas, acudir a un profesional, para que la depresión no avance, y si esta sintomatología perdurase más de seis meses es indispensable consultar con un psicólogo o coach.
Lorna Zitarosa
Psicóloga Mat.4292