Cuando estamos decaídos al compararnos con los éxitos de los demás, nos afecta todo lo que ocurre a nuestro alrededor, dejamos de tenernos en cuenta y acabamos por decuidarnos. Sentimos que tenemos una baja autoestima. Es un concepto que utilizamos a la ligera y bajo muchas circunstancias, en muchas ocasiones para justificar nuestro comportamiento ante un ego herido.
Fuente: Pixabay/geralt
Tenemos una opinión sobre nosotros mismos, nos valoramos en cuanto a nuestras competencias, valores y actitudes, en referencia a cómo vemos a los demás. Nos comparamos con el resto del mundo ante las demandas de las circunstancias. Pensar que somos capaces de afrontarlas o no va determinando el valor que nos damos como personas. Esto sería así como un amor condicional, dependiendo de lo que seamos capaces de afrontar nos querremos más o menos.
Ante todo esto hay algo que deberíamos preguntarnos ¿Puede mi valor como persona mantenerse si depende de cómo afronte las circunstancias y de cómo me vean los demás? Todo lo que depende de asuntos externos, y de lo que otras personas hagan, osea, lo que ocurre independientemente de lo que nosotros hagamos; queda expuesto a ir cambiando de forma constante.
Si nuestro valor personal es dependiente a circunstancias externas que no dependen totalmente de nosotros, quedamos expuestos así a que nuestra autoestima vaya variando. No es de extrañar, basándonos en esto, que la mayoría de las personas tenga habitualmente una baja autoestima, con lo que ello supone. Además, esta baja valoración personal afecta a nuestra seguridad, a nuestro comportamiento y a cómo nos relacionamos con los demás.
Tomar conciencia de esto es el primer paso, el siguiente lo veremos a continuación. Cambiando de perspectiva podemos valorarnos por lo que realmente depende de nosotros, y veremos como podemos conseguir ese amor incondicional que tanto nos hace falta para fortalecer nuestra estima.
Aprendiendo a valorarnos de forma incondicional
Que pongamos condiciones a cómo nos vemos, valorándonos en función de nuestras capacidades y/o habilidades, es algo que hemos aprendido desde niños. Y es que nuestros propios padres funcionan de este modo. Nos han enseñado a que si hacemos determinadas cosas vamos a obtener un mayor aprecio por su parte. De una forma u otra han ido poniendo condiciones ya sea conscientes o inconscientes al modo de valorarnos.Greyerbaby/Pixabay
Esto lo hemos ido asumiendo desde una edad muy temprana, y ha sido así cómo tenemos esta imagen acerca de nosotros mismos, que va en dependencia a lo que conseguimos, en relación a lo que entendamos como éxitos o fracasos en nuestra vida. Hay que darle un vuelco a este sentimiento de autovalía para no caer en el error de valorarnos en función de las condiciones.
Autoestima global
Supone, sin duda, un reaprendizaje, el poder conseguir valorarnos de una forma incondicional. Y esto tal y como lo entiende la psicología tendría más que ver con la autoestima global. Siendo un valor que corresponde a un rasgo de nuestra personalidad, por lo que se mantiene estable independientemente de las situaciones externas. Fortalecer esta actitud es algo que sí depende de ti, ¿no crees que merece la pena?Al adoptar esta perspectiva, estás asumiendo que tú puedes elegir el modo de verte y valorarte en función a lo más profundo de ti como persona. Asuntos estos, que son más estables y que te motivan para seguir mejorando. No hay que confundirlo con ser optimista y sobrevalorarse o ser pesimista e infravalorarse. Esta sería una forma falsa de actuar que pronto acabaría por derrumbarse, ya que este modo de ver las cosas, de una manera u otra, tiene más que ver con la represión.
Adoptando una visión de nuestra autoestima global conseguimos que nuestra autovalía sea más estable y duradera. Ya no dependerá de cómo nos vean los demás, ni de si hemos conseguido esto o lo otro, sino más bien, de lo que reforcemos y fortalezcamos de nosotros mismos para dar valor a todo en su conjunto.
Tu estima personal sí depende de ti
Si has prestado atención a este modo de considerar la autoestima desde la psicología, habrás comprobado que sí depende de ti. El cómo te veas, cómo te valores y te quieras. Tú puedes reforzarla y mantenerla mediante tu motivación, y tu autoconocimiento. Este es un paso fundamental, el de estar dispuesto a profundizar en ti para ver mucho más allá de lo superficial.Waldryano/Pixabay
Profundizar en ti supone no quedar a expensas de las valoraciones externas, y tampoco creerte que estas por encima de nadie, porque esto determina que también te puedas ver por debajo de otras personas. Valorarte tú como persona en tu totalidad, aceptando tus errores, tus aprendizajes y tu experiencia, sin juzgarte. No eres ni mejor ni peor, simplemente eres único, como cualquier otra persona. El concepto de autoestima baja o alta solamente tiene que ver con nuestro ego, con un yo inflado que necesita alimentarse de resultados. El amor que tenemos hacia nosotros mismos no puede depender de esto, porque sino estaremos perdidos, vagando en el mundo de las apariencias y del falso bienestar que marchita nuestra esencia.
Esta visión profunda acerca de tu persona aporta un mayor significado a tu vida y, en definitiva, un mayor bienestar emocional y sentimiento de valía. Saber, sobre todo, que tanto lo bueno que ocurre en tu vida como lo desagradable, la actitud que decidas adoptar depende tan solo de ti. Y de nada sirve culpabilizar a las demás personas de cómo te sientes y de cómo te ves a ti mismo. Comprueba por ti mismo qué te hace sentir mejor, cuando te responsabilizas de tu bienestar adoptas una visión más global, que te permite entender que eres valioso independientemente de lo que consigas u obtengas.
En conclusión, cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud.
Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.