Pero no porque otros años no hayamos sido capaces tenemos que dejar de intentarlo. Tan sólo deberemos ser un poco más perseverantes y organizarnos bien para poder lograrlos. María del Luján A. de Schmiegelow, especialista de Psicólogos.org, nos cuenta cómo conseguirlo.
Planes realistas
Evidentemente, a todos nos gustaría ser mejores personas, ahorrar más, dejar los malos hábitos..., pero nuestra actitud no se puede cambiar de la noche a la mañana. Por ello, está bien que tengamos aspiraciones, pero siempre partiendo del realismo. El que el año empiece supone un buen momento para plantearnos mejorar algunos aspectos de nuestras vidas, pero "debemos tener en cuenta que se trata sólo de propósitos", recuerda María del Luján, y no debemos frustrarnos si no los conseguimos.Si estamos decididos a cumplirlos, "para concretarlos, será necesario, además de un esfuerzo sostenido, organización, método y, sobre todo, metas claras", explica la psicóloga. De hecho, una de las principales razones de que fallemos en nuestro intento es que a menudo nos hacemos promesas demasiado genéricas y, en ciertos casos, hasta inalcanzables.
Por ello, y porque lo importante es que estamos decididos a intentarlo, para no perder esa ilusión, "la clave está en el pragmatismo: ser prácticos y reemplazar los grandes propósitos por acciones puntuales fácilmente mensurables en su logro", añade la experta.
Organización ante todo
Como si de un trabajo que tuviésemos que entregar antes de un determinado momento se tratase, plantearnos fechas para superar nuestros objetivos supone una buena idea. De esta manera no caerán en el olvido y estaremos más atentos, consiguiendo así mayor éxito. Otra buena opción es dejarlo todo por escrito y situar la lista en un lugar visible.Asimismo, "para no caer fácilmente en la frustración, debemos proponernos pocas metas y que éstas puedan evaluarse en un período corto de tiempo", comenta del Luján. Con esto, sentiremos que vamos, poco a poco, avanzando en nuestro intento y tendremos más fuerza para seguir con nuestro cometido.
Como define la psicóloga, "nuestros hábitos son conductas aprendidas que pueden modificarse si estamos dispuestos a encararlo como un trabajo, con esfuerzo y perseverancia", pero podemos encontrar obstáculos en nuestra propia personalidad o en las circunstancias que nos rodean. No obstante, la especialista recomienda que "si lo que deseamos modificar es trascendental para nuestra vida, y aún no lo logramos a pesar de reiterados intentos, no dudemos en consultar con un especialista quien nos podrá ayudar a reforzar nuestra voluntad o a comprender nuestra resistencia al cambio".
Por último, recordar que, por supuesto, siempre debemos encarar nuestros nuevos planes con la convicción de que podemos lograrlos. Ya sea año nuevo o la fecha que sea, siempre estamos a tiempo de modificar esas pequeñas actitudes o hábitos que no nos gustan del todo. Con esfuerzo, todo es posible.
Agradecimientos a María del Lujan Acosta de Schmiegelow, experta de Psicologos.org.