Cuando un niño o adolescente ve una película o lee un libro con temáticas reales, tanto de felicidad como de tristeza, ve como los personajes solucionan esos problemas y se sobreponen, están logrando conocer el dolor humano poco a poco y sin tener que experimentarlo en carne propia, ayudando a que en un futuro conozca el sentimiento y no lo sorprenda de golpe y así tenga mejores herramientas para enfrentarlo. (Los libros suelen tener reflexiones acerca de las situaciones y sentimientos vividos)
No todos son para todas las personas ni para todas las edades, hay temas que los niños tienen que conocer gradualmente y un libro que no haya sido previamente leído por los padres puede resultar contraproducente a nuestros propósitos. Por eso hay libros para todas las etapas de la vida. Otro ejemplo de efecto contraproducente puede ser por ejemplo al querer ayudar a una persona deprimida a afrontar el problema y pedir que lea un libro sobre un personaje que triunfa sobre la adversidad. En este caso en lugar de que la persona vea cómo el personaje se sobrepone al dolor, puede que la depresión solo le deje ver el terrible dolor y dificultades que está pasando.
No solamente los temas tristes nos dejan algo, también es importante conocer lo bueno que la vida puede dar, todas las bellas experiencias que podemos hacer y tomar de la vida y así disfrutarla.
Está es una razón y existen muchas más para la lectura, por ejemplo contribuye a mejorar la memoria, concentración e incluso reduce el estrés. Aunque los libros son una herramienta útil nada sustituye el ejemplo y enseñanza de los padres y las experiencias propias.
Algunas recomendaciones para adolescentes:
Jane Eyre
El lobo estepario
Bajo la misma estrella
Recomendaciones de Karen Rivera (Colaboradora del blog en temas de psicología social)
Melany, La historia de una anoréxica.
Corazón: Diario de un niño.
El cuaderno de Maya