Llegó a mis manos la información de un llamado "cheat day". Un día en que podía hacer "comidas trampa" y "saltarme" la dieta comiendo lo que me diera la gana. ¿Lo mejor? Esta técnica "aceleraba el metabolismo", por lo que era ideal si quería adelgazar. ¡BINGO!
Hacía tiempísimo que no olíamos siquiera un pan, mucho menos croissants, chocolate, hamburguesas o pizza. Cero absoluto de comida chatarra. Así que la idea de hacer comidas trampa cayó como del cielo.
¡Estábamos locos por comernos toda fuente de azúcar y de harina que se nos atravesara!
Era una alegría total saber que íbamos a poder comer lo que quisiéramos, en las cantidades que quisiéramos y a la hora que quisiéramos...
Y eso fue exactamente lo que hicimos
En nuestro primer día trampa comimos:
De desayuno, croissants con huevos revueltos y croissants con nutella (todo en plural).
De almuerzo nos fuimos a McDonalds y pedimos combo grande con postre doble (sundae + brownie)
Luego nos fuimos al cine, y de merienda comimos un tarro sin fondo de popcorn y una dona (cada uno).
De cena, aunque ya no podíamos con nuestra alma, nos fuimos a un buffet libre de comida china donde comimos cuanta fritura y arroz pudimos agarrar (springrolls, arroz cantonés, fideos, cerdo agridulce, pollo teriyaki, makis...), y luego más helado de postre (3 sabores diferentes), con fruta y chocolate.
Lo recuerdo vívidamente...
Tuvimos que esperar sentados en el restaurant chino como 30 minutos antes de podernos levantar de la silla. Casi nos sacan porque ya iban a cerrar.
No sé cómo nos arrastramos hasta la parada de bus, que quedaba a una cuadra y media. El bus iba a tardar unos 20 minutos en llegar.
Fueron 20 L-A-R-G-O-S minutos...
No había dónde sentarse, y no sabíamos si era peor quedarnos de pie o tirarnos al piso mientras esperábamos. El estómago nos dolía horrible. Teníamos la visión nublada. La cabeza nos daba vueltas.
Honestamente creo que estuvimos a punto de colapsar. No sé cómo pero ninguno de los dos se desmayó, así que cuando finalmente llegó el bus pudimos montarnos y volver a casa.
No hubo purga, pero tuvimos que esperar unas 2 horas hasta podernos acostar, y al día siguiente lo único que nos pasaba por la garganta era agua.
De vuelta al día de hoy
Luego de la terrífica experiencia, sí que seguimos aplicando el día trampa pero ya sin desesperación y sin abusar con las cantidades.
Sin embargo, con los años, fuimos madurando y entendimos que nada de esto era necesario ni útil y que, más bien, era contraproducente - incluso si lo haces de forma "controlada".
Por eso en el episodio de MND TV de hoy te voy a compartir:
1
Las 3 razones principales por las que NO te recomiendo hacer comidas trampa para adelgazar (incluso si son controladas).
2
Qué debes hacer si quieres comerte ese tipo de comidas "no saludables".
3
Algunos consejos extra para que disminuyas el daño que este tipo de comidas pueden tener en tu metabolismo y tu cuerpo.
Por qué hacer comidas trampa para adelgazar es una idea terrible #noalcheatday
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Por qué hacer comidas trampa para adelgazar es una mala idea
3 Razones por las que no tiene sentido hacer comidas trampa
Como viste en el video, a pesar de que se cree que estas comidas trampa (o días trampa) tienen un beneficio para perder peso, en realidad no lo es así y estas son las 3 razones por las que no te las recomiendo:
1. Las comidas trampa producen inflamación en el cuerpo
Cuando consumes este tipo de comidas altas en calorías, tu cuerpo se comporta como si tuvieras una infección bacteriana, como si algo te estuviera atacando, lo cual es muy preocupante porque si no tienes una enfermedad, tu sistema no debería estar respondiendo de esta manera.
Esto se refleja en el día a día con problemas como aumento del cansancio, dolores articulares, cambios en el humor, dificultad para controlarte, ansiedad, estrés, etc.
Y lo peor es que el efecto que creas con esa comida trampa no dura 24 horas, podría extenderse hasta el resto de la semana. #nogracias
2. Las comidas trampa perpetúan tu mentalidad de dieta
Al apegarte a un sistema de tener comidas trampa al final de la semana (por ejemplo), lo que haces es ver a esa comida como una recompensa y a la comida saludable del resto de la semana como un castigo que tienes que sufrir.
¿Ves lo que está mal aquí?
Comer saludable no debería ser una tortura, debería ser algo que tú disfrutes, que hagas de manera normal en tu día a día.
Este ciclo malsano de castigo-recompensa es algo de lo que debes salir si quieres llevar un estilo de vida sano y feliz donde te sientas a gusto con lo que comes para que no sientas necesidad de ir a buscar cosas "malas" cuando no deberías tenerlas.
Comer #saludable no debería ser una tortura, debería ser algo que tú disfrutes, que hagas de manera normal en tu día a día
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3. Las comidas trampa producen descontrol
Si eres una de esas personas que no pueden "comerse sólo una", es preferible evitar la idea de tener una comida o un día en donde tienes permiso de comerte lo que quieras.
Es como si pusieras en un bar a una persona que quiere salir del alcoholismo o a un niño solo en una tienda de dulces. Es como meterte en la boca del lobo.
Y como sabes que NO es cierta esa excusa de que las comidas trampa aceleran el metabolismo, no tienes por qué ponerte en situaciones donde puedas llegar a perder el control.
Cómo disfrutar de las "comidas no saludables" con el menor daño posible
Con todo esto que te he dicho, no significa que no puedas comer este tipo de comidas "no saludables" porque ya sabemos que habrán fiestas, cumpleaños y ocasiones especiales de las que no podrás escapar (y seguro que las vas a querer disfrutar).
Así que aquí te van mis 3 recomendaciones para que cuando decidas comer este tipo de comidas altas en calorías, sufras el menor daño posible:
Saborea (muchísimo) la comida. Pon a jugar tus 5 sentidos y disfruta de ese momento, porque si es algo que te gusta, debes disfrutarlo. Te vas a sentir mucho mejor y te ayudará a controlarte en ese momento.
Come lentamente, poco a poco, mientras más te dure el alimento mucho mejor. No se trata de limitarte sino de disfrutarlo y ayudarte a que te sacie más.
Come sin culpabilidad. No debes tener prohibiciones ni impedir que consumas ciertos alimentos. Decides que se dio la oportunidad, lo disfrutas y listo. Es normal que todos comamos este tipo de comidas y no tienes por qué sentirte culpable.
Aquí los estudios...
Hacer comidas trampa no te hace más feliz, más bien al contrario: la comida chatarra y los alimentos ricos en carbohidratos refinados (cosas hechas con harinas, azúcares, frituras...) aumentan el riesgo de depresiónseguirme por mi canal de YouTube y por las demás redes sociales).
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