¿Se ha fijado usted cuan poca fruta fresca y cruda y cuantos vegetales crudos consume en promedio la gente?
En el procesamiento, refinamiento, cocinado y mas recientemente con la llegada del horno microondas se destruyen las encimas vitales del alimento que comemos. Estos alimentos con déficit de encimas causan desequilibrio en nuestro cuerpo lo cual a su vez causa enfermedad.
La diferencia más grande entre alimento vivo (crudo) y alimento muerto (cocido) es la actividad enzimática. Si usted tomara dos semillas, cocinase una, y luego plantas las dos en la tierra, ¿Cuál de las dos cree que brotaría? La cruda brotaría, por que las encimas (la fuerza vital) todavía está viva. la cocción frena la acción enzimática.
Se dice que las encimas son moléculas de proteínas y cada encima actúa de determinada forma en el cuerpo realizando trabajos específicos. Las encimas digieren todos nuestros alimentos. En una sola gota de sangre hay más de 100 partículas de encimas. Estos toman el alimento digerido y lo convierten en sangre, nervios, músculos y glándulas. Las encimas ayudan a almacenar azúcar en el hígado y los músculos. Hay una encima que convierte el fósforo en hierro y tejido nervioso. Una vez cocinado un alimento por encima de 47.7ºC todas las encimas presentes en el alimento quedan completamente destruidas y no son ya capases de desempeñar su función asignada. Aunque la proteína molecular física todavía está presente, ha perdido su fuerza vital como la pila de una linterna que ha perdido su energía, permanece la estructura física, pero la energía eléctrica ya no está presente.
Una molécula de proteína es en realidad solo el transportador de la actividad enzimática en los experimentos descritos en "Chemical Review" la actividad de nuestra molécula de proteína fue transferida a otra sustancia de proteína dejando la molécula original libre de su actividad original.
Esto solo demuestra que una encima es la actividad invisible o factor de energía y no solamente la molécula de proteína en sí. Se necesitan las encimas para cada acción y reacción química en el cuerpo. Nuestros órganos, tejidos y células, todos trabajan mediante encimas metabólicas. Los minerales, las vitaminas y las hormonas necesitan la presencia de las encimas con el fin de hacer su trabajo adecuadamente. Las encimas son la fuerza laboral del cuerpo. Las encimas están involucradas en cada proceso metabólico de nuestro sistema inmune, corriente sanguínea, páncreas, riñones, bazo, etc. Las encimas descomponen las sustancias tóxicas para permitir que el cuerpo las pueda eliminar sin afectar los órganos de eliminación. Desde 1968, se ha hecho una identificación de 1300 encimas. Una dieta rica en alimentos cocidos carece de las encimas que contienen los alimentos frescos, y esto causa un exceso de trabajo para las glándulas endocrinas, produciendo en consecuencia el desarrollo de enfermedades tales como la hipoglicemia y obesidad.
Las encimas se dividen en dos grupos: aquellas que se encuentran en los alimentos crudos, y aquellas que son producidas en nuestros cuerpos. Cuantas más encimas reciba el cuerpo de los alimentos crudos, tanto menos se tendrá que prestar de otros procesos metabólicos y del páncreas. Es importante tomar en cuenta que las encimas de los alimentos crudos, digieren del 50% al 75% de los alimentos sin la ayuda de las encimas secretadas por el cuerpo. La naturaleza ha colocado encimas en los alimentos para ayudar en el proceso digestivo en vez de forzar las encimas del cuerpo a realizar todo el trabajo. Hay que recordar que heredamos una reserva de encimas al nacer, y esta cantidad puede disminuirse en la medida que crecemos comiendo una dieta deficiente en encimas. Al comer la mayor parte de nuestros alimentos cocidos, nuestro sistema digestivo tiene que producir todas las encimas, causando en consecuencia un agrandamiento de los órganos digestivos, especialmente el páncreas. Igualmente coloca una carga sobre el sistema inmune del cuerpo.
En el Hospital Michael Reese en Chicago se realizó un experimento en relación con la saliva y su contenido de encimas. El grupo más joven (edades entre 21 y 31 años) tenía 30 veces más amilasa (una encima) en su saliva que aquellos del grupo de mayor edad (más de 69 años).
En conclusión, esta información nos dice que necesitamos comer más frutas frescas y verduras. Nuestra dieta debería consistir de al menos 50% de alimento fresco y crudo. Deberíamos consumir ensaladas frescas y crudas, etc., al inicio de la comida. Ellas son voluminosas y nos proporcionan una mayor sensación de llenado, ayudándonos a no comer excesivo alimento cocido. En la medida en que envejecemos, el consumo de alimentos frescos y crudos debería aumentar a más del 50%, ya que nuestros cuerpos carecen de muchas encimas. Las investigaciones comprueban que en las temperaturas cálidas, las encimas se desgastan más rápidamente que en las temperaturas frescas. Por lo tanto en los meses de verano hay una necesidad de alimentos frescos y crudos.
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