La autoestima no es un bien innato e invariable sino que requiere de reajustes frecuentes a nivel personal. El trabajo es importante pero no tanto como uno mismo: tu bienestar es lo más importante. No pierdas la sana costumbre de mimarte y cuidarte.
Cuando no hacemos pausas en nuestro estilo de vida para reflexionar sobre cómo nos sentimos y si estamos en el camino que de verdad deseamos, entonces, corremos el riesgo de ir acumulando insatisfacción. De este modo, cuantos más asuntos pendientes de resolver, más difícil es también dar el primer paso para rectificar.
¿Qué pequeños gestos puedes poner en práctica para elevar la autoestima?
Hábitos de higiene mental
Encuentra espacios para el silencio y la calma en la rutina cotidiana. Integra en tu agenda estos espacios de calma. Por ejemplo, si quieres estar a solas durante un tiempo en tu habitación puedes colocar un cartel en la puerta solicitando que no te interrumpan. Apaga el teléfono móvil durante estos instantes de pausa.
Las relaciones personales sanas influyen en la autoestima personal. Pero para mantener dichas relaciones es muy importante aprender que todo aquello que es esencial y no se dice se enquista en el corazón y produce un nudo interior que causa sufrimiento. Existen relaciones que se rompen por sentimientos que no se expresaron en el momento oportuno.
El orden de prioridades en la vida no es estático sino dinámico. El escenario del propio vivir sufre cambios frecuentes puesto que las circunstancias personales pueden verse alteradas. Durante los espacios de silencio descritos anteriormente, es saludable reflexionar sobre cuál es el orden de prioridades en el ahora con el objetivo de ser coherente con estas expectativas internas.
La escritura es terapéutica más allá de la práctica de un diario. También puedes escribir poesía inspirándote en tus propias vivencias puesto que el arte también es una terapia emocional a través de la que transformar en belleza los sentimientos. Puedes llevar contigo una libreta para anotar posibles ideas que vengan a tu mente y así evitar olvidar posibles ideas de inspiración.
Enfadarte con libertad también es sano. Por ello, no renuncies a expresar tus decepciones, explicando qué es lo que te ha dolido y qué actitud hubieses agradecido por parte de esa persona.
Cómo controlar el miedo a sufrir
Las decepciones son humanas, sin embargo, lo que nunca es saludable en relación con la autoestima es convertir el miedo a sufrir en una excusa para no profundizar en las relaciones personales.
Estas barreras emocionales pueden bloquear la autoestima como consecuencia del aislamiento social o de la falta de lazos sólidos que aportan reconocimiento y pertenencia. El mejor modo de cultivar la autoestima es reforzar las relaciones de amistad buscando solución a los conflictos pero no huyendo de ellos.
Cada día al empezar la jornada toma la decisión de ser feliz porque el cultivo de la autoestima depende principalmente de ti mismo y no tanto de las circunstancias del entorno.
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