A medio camino entre una comedia, un drama familiar y una road movie, esta película en la que los problemas se instalan en la vida de sus protagonistas destila optimismo por los cuatro costados. El amor como hilo conductor es lo que crea el germen de la superación en cada personaje de esta pintoresca familia.
A pesar de que Olive no es el prototipo de reina de la belleza infantil, certamen de belleza muy común en Estados Unidos y cuyas participantes suelen ser niñas monas, hipermaquilladas y que deben demostrar ser encantadoras sonriendo constantemente y exhibiendo sus talentos que suelen estar relacionados con el canto, el baile o la actuación, su familia al completo decide acompañarla en un largo viaje desde el domicilio familiar al lugar donde se realiza el evento. La niña es la encarnación del optimismo y la confianza en sí misma, características que su abuelo potencia gracias a su peculiar forma de ser y de entender el mundo. La relación de estos dos personajes es muy cercana, al igual que la de tío y sobrino, que a medida que transcurre la película van estrechando lazos ayudándose mutuamente y superando sus limitaciones y temores.
En definitiva, un film que trata del amor, de la persecución de los sueños y de la importancia de aceptarse a uno mismo y de abrazar la singularidad, de perder el miedo a ser diferente.
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