Algunos hábitos son útiles, mientras que otros pueden trabajar en tu contra. Incluso peor – hay unos pocos malos hábitos que pueden tener un impacto negativo a largo plazo en tu capacidad de vivir una vida plena.
Fumar. Comer comida chatarra. Beber alcohol en exceso. Incluso pasar mucho tiempo en el internet. Todos tenemos esos malos hábitos que nos gustaría romper.
Afortunadamente, es posible eliminar la rutina negativa – todo lo que necesitas es un plan de acción.
En este artículo, cubriremos unas cuantas estrategias que te enseñarán como romper un mal hábito.
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Antes de hacer cualquier cosa, debes preparar un cambio del hábito. Las probabilidades son que has tratado de romper esta rutina en el pasado. Y también que has fallado porque no tenías un plan o te apoyaste demasiado en la fuerza de voluntad.
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Estrategia #1: Enfócate en un solo hábito a la vez
En la psicología, hay un término llamado agotamiento del ego, el cual básicamente significa que tu fuerza de voluntad tiene una cantidad limitada de energía todos los días.
Cuando está exhausta, se vuelve difícil controlar tus impulsos.
En una forma, la fuerza de voluntad es como un músculo. Puede cansarse y romperse por mucho uso.
Si tus días están llenos de estrés y batallas constantes por controlar tus emociones o pensamientos, a menudo no tendrás la capacidad de resistir las tentaciones.
¿Cómo afecta esto tu desarrollo del hábito?
Es simple, no tendrás éxito si no tratas de cambiar múltiples hábitos al mismo tiempo.
Cada uno requiere de una cantidad significativa de voluntad para resistirlo, lo cual te lleva a un estado de agotamiento de glucosa.
La mayoría de las personas no tienen la energía de fuerza de voluntad para enfocarse en múltiples hábitos.
Entonces, cuando están en un estado de agotamiento, se hace fácil el rendirse con todos, en vez de uno solo.
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Estrategia #2: Haz un desafío de hábito de 30 días.
Tu meta para el próximo mes es enfocarte en eliminar un hábito. Esto es por lo que necesitas un compromiso al 100%. La forma más sencilla de hacer esto es través del desafío de hábito de 30 días.
Esto es donde estructuras toda tu vida alrededor de la completación de una sola meta especifica de un hábito.
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De seguro harás otras cosas, pero una gran cantidad de tu tiempo (y fuerza de voluntad) será pasada trabajando en función de esta meta.
Algunas veces, 30 días no es suficiente. Para los hábitos realmente desafiantes, como fumar o beber, necesitarás más tiempo para hacer que este cambio suceda.
No te sientas asustada por planificar más tiempo. No hay nada de malo con tener unos 60 a 90 días para enfocarse en esta meta.
Estrategia #3: Establece una fecha de comienzo
Escribe la fecha donde quieres comenzar este cambio de hábito. Es importante tomar esta meta de forma seria, entonces tener un conteo oficial te ayudará a estar en la marcha.
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Incluso más, debes decirles a tus amigos y familia acerca de esta meta para obtener su apoyo.
Tener una fecha de comienzo crea energía y emoción por este nuevo cambio. Tu propósito es el de mejorar dramáticamente tu vida, entonces debes sentirte energizada acerca de este conteo.
Establece una fecha de comienzo para que cambies tu hábito.
Estrategia #4: Identifica tu meta objetiva
Eliminar malos hábitos es como establecer una meta. No lo lograrás, sin tener un resultado específico en la mente agrupado con una fecha de destino.
Por ejemplo, no puedes decir: Quiero comer más saludable.
En vez de eso, necesitas identificar que comidas puedes comer, que debes evitar y la fecha en que este cambio sucederá.
Entonces una mejor meta puede ser: El primero de agosto, ya no comeré más comidas rápidas en sitios como Mc Donald o Burger King. En vez de eso comeré comidas caseras que tengan vegetales, proteína magra y carbohidratos sin refinar.
Nota como este resultado tiene una fecha límite con un resultado específico. Al primero de agosto, sabrás si está funcionando o no. Así es como estableces una meta para romper un hábito.
Estrategia #5: Evita las promesas inconclusas
Todos hemos hecho la promesa de que nunca haremos un mal hábito nuevamente y luego unos cuantos días después, estás haciendo la misma rutina que juraste que ibas a eliminar.
Todos conocemos a alguien que dejó de fumar o de beber a través de la fuerza de voluntad sin salirse del carril.
Pero por cada historia de éxito, hay cien de personas que trataron de hacer promesas inconclusas de forma regular, solo para experimentar un fallo cada vez.
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El problema principal con esto es el énfasis excesivo en la perfección. La mayoría de las personas tienen este pensamiento:
Un error = ¡Fracaso!
Nadie es perfecto. Tener una meta de nunca jamás te deja sin espacio cuando caes en la tentación de hacer el hábito que estás tratando de eliminar.
Confía en mí, todos hemos caído algunas veces, así que enfocarse en la perfección no es la forma de romper una rutina.
Al hacer el mal hábito, ya han roto su regla de nunca jamás. Entonces subconscientemente deciden que debido a que ya lo han hecho una vez, ya más bien deberían caer en eso.
¿El resultado? La persona hará más del hábito de lo que lo hacían antes.
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