Pero no todas las cicatrices son iguales, y dependiendo de la zona de nuestro cuerpo donde se encuentren, pueden llegar a ser antiestéticas, causarnos complejos o incluso hacernos sentir emocionalmente vulnerables ante la gran importancia por nuestro aspecto físico a que hoy en día está sometida la sociedad.
¿Pero qué es una cicatriz y como se forman las cicatrices?
Hay varios factores que influyen y pueden ocasionar la formación de una cicatriz en nuestra piel debido a que cuando la estructura y las funciones dermatológicas habituales se ven alteradas, la regeneración cutánea se produce de forma desordenada y con exceso de colágeno, que es una proteína encargada de dar elasticidad y firmeza a la piel y que sube a la superficie desde las capas más profundas para cerrar la herida.
Una cicatriz aparece cuando el tejido epitelial es desgarrado (no cortado), por lo cual definiremos la cicatriz, como una alteración permanente de la apariencia dérmica consecutiva al daño y reparación colagenosa de ésta.
Entre los factores que pueden originar una cicatriz, cabe destacar por ejemplo una intervención quirúrgica cuya incisión nos provocará cicatrices más profundas y con mayor respuesta inflamatoria, un traumatismo con o sin puntos de sutura en el que la cicatriz será más superficial que la quirúrgica, o las producidas por quemaduras que serán mucho más grandes y extensas.
no todas las cicatrices son iguales, y dependiendo de la zona de nuestro cuerpo donde se encuentren, pueden llegar a ser antiestéticas, causarnos complejos o incluso hacernos sentir emocionalmente vulnerables
Conforme la herida se va curando el colágeno sube a las capas más altas de la piel para mantener humedad en la zona afectada y reconectar el tejido roto, formando una capa de piel más dura bajo la cual se empieza a formar la cicatriz.
Fases en la cicatrización:
Existen tres etapas para la cicatrización:
Inflamatoria: en la que hay un aumento de la vascularización, con la llegada de células inflamatorias y plaquetas, y con la formación del tapón y la costra superficial.
Proliferativa: donde se produce el acúmulo de fibrina y colágeno, comenzando así a formarse la regeneración y tensión de la herida. Las mismas fibras serán las encargadas al final de esta fase de tensar los bordes de la herida. Esta tensión resulta contraproducente porque limita la posterior función.
Remodelación: comienza aproximadamente al mes y se prolonga a un año o más, en la que se produce la reabsorción del colágeno, limitándose a mantener sólo las fibras que se encuentran en relación a la línea de la herida.
Las cicatrices pueden formarse en cualquier parte del cuerpo y con distintas apariencias pudiendo ser planas, abultadas, hundidas, que provoquen dolor o incluso picazón y cuyo aspecto viene definido además de la zona del cuerpo donde se forme, por el tipo de piel, la dirección de la herida, tipo de lesión o incluso por la edad de la persona.
Cuidados de una cicatriz
Para que una herida cierre bien y nos deje la mínima señal o incluso ninguna, hay unos cuidados básicos que dependen del paciente y que hay que establecer como rutina hasta una total cicatrización. Entre ellos, destacaremos:
Lavarse las manos antes de cambiar el vendaje o los apósitos de una herida y no reutilizar nunca los mismos.
Mantener la herida limpia, y salvo que el médico diga lo contrario, lavarla todos los días con agua y jabón neutro, secándola con una toalla limpia sin restregar.
Mantener el vendaje limpio y seco cambiándolo con la asiduidad necesaria para proteger la herida.
Evitar rascarse o quitarse costras que hayan aparecido en la cicatriz.
Hidratar la piel con una crema nutritiva para conservar la elasticidad de la piel.
Evitar exponer la zona del sol por lo menos durante el primer año de la cicatriz.
Pero, ¿qué podemos hacer para reducir la posible marca de una cicatriz?
El aspecto final de una cicatriz depende de varios factores tal y como explicábamos con anterioridad, como el tipo o color de piel, siendo las pieles más claras las que generalmente mejor reaccionan, la dirección de la herida, la edad de la persona, donde la herida en una persona joven regenera más rápido y mejor y una buena alimentación que otorgue nutrientes a la piel. Existen determinadas técnicas dermatológicas que ayudan a hacer menos visibles las cicatrices, siendo nuestro dermatólogo el indicado para establecer el tratamiento adecuado según nuestra cicatriz, pero a nivel particular, podemos ayudarnos de los parches de silicona reductores de cicatrices.
Los parches reductores de cicatrices están formados por láminas de gel de silicona que evitan el roce de las mismas con la ropa, aumentan la elasticidad de la piel, aplanan el tejido de la cicatriz y reducen los cambios de coloración ocasionados por la exposición solar.
Puedes iniciar el tratamiento con los parches reductores de cicatrices una vez la herida está cerrada y por un tiempo mínimo de unos cuatro meses en función del tamaño de la misma.
Sus efectos son ablandar y aclarar las cicatrices principalmente recientes ya que es cuando mejores resultados conseguiremos en su apariencia.
Están disponibles en tres tamaños: 7.5 x 5 cm, 10 x 18 cm y 4 x 30 cm, en función del tamaño de la cicatriz y son reutilizables tras lavarlos con un jabón neutro y suave.
Tenemos que ser conscientes de que una cicatriz tarda tiempo en desaparecer o disimularse por completo, influyendo el motivo que la haya causado, y las prácticas de cuidado personal que le demos a posterior, siendo las producidas por una intervención quirúrgica las que más profundamente afectan a nuestra piel, y las que más cuidados deberán tener por lo menos en sus inicios.
Y ya para terminar recordaros que, aunque los rayos de sol son muy beneficiosos para muchas cosas, para otras como las cicatrices, es uno de los más feroces enemigos, por lo que si coincide con esta estación del año el cuidado de tu cicatriz, evita tomar el sol, hidrata la piel, aplícate crema solar de factor alto y protégela con los parches reductores de cicatrices.
Si tienes alguna duda en el cuidado de tu cicatriz o quieres hacernos llegar alguna consulta, puedes hacerlo a través de este artículo, en el teléfono 976 900 902, acercarte a nuestras instalaciones en la ortopedia Ortoweb, de la calle Fray Luis Amigó nº2 de Zaragoza, o a través del correo consultas@ortoweb.com
Un saludo
Ana María Lambán Azcona
Técnico Ortopédico