Puedes ser feliz al margen de tus deseos
Los seres humanos tenemos necesidades básicas que nutren nuestro desarrollo personal. Sin embargo, una de las principales trampas es confundir el deseo con la necesidad, es decir, cualquier tipo de anhelo no es un bien necesario de un modo indispensable para ser feliz. Algo que conviene recordar de un modo frecuente en la sociedad actual puesto que somos vulnerables ante la amplia lista de necesidades artificiales que hemos creado en nuestra vida. Es decir, el síndrome de la necesititis es uno de los que mayor frustración nos produce puesto que nos lleva a vivir de un modo permanente en el plano de la carencia, en el plano de aquello que nos falta en lugar de valorar aquello que sí tenemos.
Los deseos son solo eso: deseos. Y no todos ellos reflejan una necesidad esencial. De hecho, la no satisfacción de todos nuestros deseos es una forma de tolerar la frustración, puesto que, en caso contrario, podemos desarrollar un ego que lo quiere todo de forma rápida.
Más allá del mensaje repetido de libros de autoayuda que nos dicen el mensaje de “si quieres, puedes”, la realidad es que a lo largo de la vida nos van a quedar muchos deseos por cumplir. De hecho, esta es una causa habitual de la crisis de edad, es decir, con frecuencia, la crisis de los 40 está vinculada con esa experiencia de mirar al pasado y observar cómo tantas metas quedaron por cumplir.
Y sin embargo, podemos comprobar cómo a pesar de que hayan quedado sueños por cumplir, eso es también lo que nos mantiene vivos. Es decir, la toma de conciencia de saber que nos quedan tantas metas por cumplir es una oportunidad para convertir el presente en la mejor oportunidad de desarrollo en cualquier área de la vida.
Cuando no confundes los deseos con necesidades eres más libre. De hecho, este mensaje también conecta con la importancia del desapego hacia lo material. Los deseos pueden ser infinitos. De hecho, una vez que hemos cumplido un deseo pasamos al siguiente casi de forma automática. Sin valorar de verdad aquello que hemos conseguido.
Nuestros deseos pueden ser ilimitados. Por esta razón, es fundamental poner en orden las expectativas de esa jerarquía de intereses. Disfruta del momento presente, asumiendo que este momento puede ser dulce y muy feliz al margen de cómo te sientas ahora mismo. Es decir, al margen de que te queden muchas metas por cumplir.
Los deseos no se hacen realidad casi como por arte de magia al más puro estilo de un cuento de hadas. En el cuento de la vida tú tienes herramientas esenciales como tu inteligencia, tu creatividad y tu fuerza de voluntad. Los deseos más importantes de la vida son aquellos por los que luchas con constancia, ilusión y amor propio. Porque por tanto, vivir es aprender cada día.