Efectivamente, no hablo de ninguna droga… Nueno, sí, pero legal. Esa que te meten en vena con receta: la QUIMIOTERAPIA.
Un 31 de julio comenzó mi aventura en el Hospital de Día, un pedacito de cielo que hay en cada hospital. Parece el horror, todo lleno de sillones reclinables y goteros que no paran de pitar, pero para mí era un punto de recogida de sonrisas, de ilusión por ponerme mejor. Era el día que me plantaba todos los potingues en mi cara de pez globo y los tacones (cómodos, pero tacones).
Nunca las encontré, pero al móvil pongo por testigo que me hice una foto el primer y el último día. Me hubiera encantado recuperarlas para enseñároslas. La primera con la sonrisa de ilusión por la lucha, y la última con la sonrisa de victoria, de superación.
Mi ciclo era relativamente corto, de unas 3-4 horas (los hay de 14, por ejemplo), y los sobrellevaba jugando al ZooKeeper en la NintendoDS y, por supuesto, con el móvil. Mensajitos que me llegaban alegrándome el rato, comunicándome con el acompañante de turno cuando salían a fumar o a ventilarse, o avisando a los cercanos de mis…..nosecuántas y bajando!!!! O… sólo queda una!!! O… una menos!!!!
Madre mía!! Si fuera hoy, me imagino los filtros de Snapchat, los stories de Instagram, los audios de Whatsapp y el twitter que existirían míos de cada sesión, pero casi casi hace diez años, y, aunque no lo parezca, Internet todavía no era lo que es hoy.
También, sabiendo hoy todo lo que he aprendido en estos años, me daría a mí misma algún que otro consejo:
Lleva ropa amplia y cómoda. Con vaqueros ajustados estás muy mona, pero tres, seis o doce horas sentada pueden hacer que odies a muerte el botón, las costuras o incluso el olor (ay! los olores y la quimio)
Cualquier entretenimiento vale (y no sobra). Mejor que tu acompañante pasee la mochila de los hobbies a morirte de aburrimiento y dedicarte a darle vueltas a algo. Revistas, libros, consolas, tablets, incluso, si llevas reservorio y tienes los brazos libres, ponte a tejer. Otro día os cuento mi pasión por las agujas, lo que ha significado para mí y lo “felizmente viejuna” que me siento.
Si las/os enfermeras/os te dicen que hagas el pino con una mano mientras cantas La Macarena, hazles caso!!!! Son sabias/os, conocen todo lo que te va a pasar sin índice de error, son dulces, sensibles, empáticas/os.
Ten paciencia. Te aseguro que, por mucha prisa que tengas, TE DA ABSOLUTAMENTE IGUAL. No pasa nada porque una viejecita se quiera colar, porque tu medicación llegue más tarde que otras…los tiempos en el tratamiento sólo son orientativos.
Si quieres aislarte, cascos con la mejor música que tengas y a dormir. A veces vas a ver y oir ruidos desagradables de otros pacientes, por lo que no está de más tener un plan B que te ayude a evadirte.
Y allá voy ahora mismo, a saludar a algunas amigas que siguen por allí porque toca ITV semestral y me gusta pasar a recargarme con sus sonrisas por ver que seguimos por allí sólo recogiendo buenas noticias y “tan pichis”.
Espero contaros que todo ha ido bien y tengo otros seis meses de respiro.
Os leo!!