Esta afección se describe mejor como mareo que se produce cuando se mueve el cuello. Si bien hay diferentes razones para que una persona sufra de mareo cervical, en casi todos los casos, la afección incluye dolor de cuello.
La sensación de inestabilidad también puede ser causado por un trastorno de origen cervical
Con el mareo cervical, una persona siente que el mundo está girando a su alrededor. Es fácil entender cómo esta condición puede afectar la sensación de equilibrio y concentración. Sin embargo, el mareo cervical no debe confundirse con mareo auditivo.
Veamos de manera más detallada las causas frecuentes, los síntomas, diagnóstico, tratamientos y algunos ejercicios de yoga que nos van a ayudar en el manejo del mareo cervical.
Causas del mareo cervical
El mareo cervical a menudo es el resultado de una lesión en la cabeza, traumatismo en la columna, posturas, latigazo cervical y trastornos del cuello, que interrumpen la alineación de la cabeza y el cuello.
El vértigo cervical no es fácil de diagnosticar porque existen varias causas para ello. Dentro de las razones más comunes por las que las personas sufren este tipo de mareos, están:
Traumas como un latigazo cervical, esto podría causar cambios en el flujo sanguíneo a través de las arterias que alimentan el tronco cerebral
Artritis degenerativa del cuello y artritis reumatoide
Dolor crónico que altera el movimiento del cuello
Obstrucción o bloqueo de las arterias en el cuello por endurecimiento o desgarro
Espondilosis cervical, lo cual causa que las vértebras y los discos en el cuello se desgasten con el tiempo
Ruptura de la arteria vertebral, debido a estiramiento excesivo
Platybasia o anormalidad en la base del cráneo
Rotura de la manga de la raíz cervical. Esto cuando la capa externa resistente de un disco en la columna vertebral se rompe
Síntomas frecuentes
El desequilibrio es uno de los principales síntomas del mareo cervical. Sin embargo, también puede ser un signo de muchos problemas de salud diferentes. Algunos síntomas que debemos tener en cuenta son:
Sensación de giro del entorno circundante
Dolor de cuello y de cabeza
Náuseas y vómitos
Pérdida de equilibrio al caminar, pararse y sentarse.
Dolor en el oído y tinnitus caracterizado por zumbidos, silbidos u otros ruidos originados en el oído o la cabeza
Dificultad para concentrarse
Alteraciones visuales al sacudir la cabeza, manchas en el campo de visión y pérdida de visión en la mitad del campo visual
Sensación de debilidad
Los síntomas generalmente se agravan al pararse de repente, durante los movimientos rápidos del cuello, el ejercicio físico, la tos e incluso el estornudo.
El mareo puede durar minutos u horas. Si el dolor de cuello disminuye, el mareo también puede comenzar a disminuir. Los síntomas pueden empeorar después del ejercicio, movimientos rápidos y, a veces, estornudos.
Diagnóstico
El diagnóstico preciso del mareo cervical es posible principalmente solo mediante el descarte de otras causas, como: la neuritis vestibular, los tumores, las enfermedades autoinmunes, el VPPB, la enfermedad de Meniere, el vértigo central y el vértigo psicógeno.
El mareo cervical asociado con las lesiones en la cabeza y el cuello, como el vértigo postraumático, la lesión por latigazo o la artritis grave deben tenerse definitivamente en cuenta durante el diagnóstico.
Estas son algunas de las pruebas que se usan para el diagnóstico del mareo cervical:
Resonancia magnética del cuello
MRA (angiografía por resonancia magnética)
Angiografía vertebral
Ecografía Doppler Vertebral
Radiografía de flexión-extensión de la columna cervical
Fluoroscopia
Pruebas de potencial evocado (mide la médula espinal y las vías cerebrales en el sistema nervioso)
Posturografía dinámica (prueba de control de equilibrio)
Audiograma (examen de audición)
Diagnosticar el vértigo cervical puede ser difícil. Los médicos deberán eliminar otras posibles causas de vértigo cervical con síntomas similares.
Tratamientos
El tratamiento del mareo cervical se puede lograr con terapia física. El manejo quirúrgico del vértigo cervical generalmente se realiza mediante complejas maniobras de fusión.
En muchos casos, el tratamiento para el mareo cervical puede ser tan simple como la aplicación de bolsas frío y calor, masaje y ejercicios de estiramiento.
La terapia manual ha sido una adición reciente que se ha demostrado que es de mucha ayuda. Los quiroprácticos recomiendan sesiones terapéuticas para mejorar el rango de movimiento del cuello y su equilibrio.
El tratamiento del mareo cervical depende de la causa. La mejoría puede sentirse después de realizar los ejercicios o con una combinación de ejercicio y medicamentos.
El tratamiento médico incluye el uso de relajantes musculares, analgésicos, medicamentos contra el mareo y para reducir la opresión en el cuello.
3 ejercicios de yoga para tratar el mareo cervical
Existen ejercicios específicos que pueden ayudar a mejorar los síntomas del mareo cervical. Debemos recordar que antes de comenzar cualquier rutina de ejercicios, tenemos que consultar con un especialista.
Tenga en cuenta que un poco de mareo con estos ejercicios es normal al principio. Si tiene dolor o se siente realmente mal, debe detenerse. Se recomienda una hora completa de estos ejercicios cada día, con un descanso de aproximadamente cinco minutos entre las sesiones.
Es importante que tenga mucho espacio para realizar los ejercicios y despejar el área de cualquier objeto que pueda causar lesiones en caso de que pierda el equilibrio. Tener a alguien con usted es una buena medida de seguridad.
1.- Balasana o pose de niño
Colócate en tus cuatro patas. Ahora, junta los pies mientras ensanchas tus rodillas. Descansa el abdomen en los muslos y tus nalgas en los pies. Coloca tu frente en el suelo.
Lleva tus brazos a tu alrededor, junto a tus piernas. Puedes sostener tus pies con tus palmas. Mantén la postura durante unos minutos.
2.- Viparita Karani o patas arriba a la pared
Siéntate en una pared y levante las piernas con el soporte de la pared. Acuéstate suavemente y estira tus brazos hacia los lados, doblándolos en los codos para parecerse a un cactus.
Coloca las palmas hacia arriba. Una vez que te sientas cómodo, cierra los ojos y respira larga y profundamente. Suelta después de unos minutos.
3.- Shavasana o pose de cadáver
Acuéstate boca arriba, con las palmas de las manos apoyadas a tu lado, mirando hacia arriba. Ponte cómodo y asegúrate de que tu cuerpo esté en línea recta.
Cierra los ojos y concéntrate en todas y cada una de las partes de tu cuerpo. Toma respiraciones profundas y depurativas. Entra en un estado meditativo, pero trata de no quedarte dormido.
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