Si existe un defecto mucho peor que la ignorancia -dicho sea de paso, la ignorancia a menudo ni siquiera entra en esa categoría- es la soberbia. Seguramente, un buen grupo de personas leerá el título de esta nota y pensará, hacia sus adentros, que un manual para cepillarse los dientes es inútil. Bien, se puede asegurar con certeza que el 99% de esos individuos son, justamente, quienes más precisan éste instructivo.
Está comprobado que casi un noventa por ciento de las personas, no sabe realmente cómo deben cepillar sus dientes de forma completa. Metafóricamente hablando: todos bailamos, pero nuestra voluntad no nos transforma en bailarines sino, por el contrario, simplemente en entusiastas de la danza y nada más.
Lo mismo ocurre con el hábito de higiene bucal: si bien con cepillarse de forma estándar basta, si se formulara el ejercicio de manera completa los resultados serían aún mucho más productivos.
Modo correcto de lavarse los dientes
Ante todo, se debe limpiar la cara externa de los dientes. Esta se encuentra comparativamente en mejor situación que las otras, porque está en contacto permanente con los labios y, pues, además es accesible para las cerdas del cepillo.
La limpieza ha de efectuarse en todas las piezas dentales, por su cara externa, desde la encía y con un movimiento vertical de barrido (dientes inferiores y superiores).
Por cierto, cuando cepillamos las piezas inferiores, el movimiento debe arrancar desde el límite de la encía hacia el borde libre. Y, en lo que respecta a los dientes superiores, el cepillado debe comenzar también en el límite de la encía y dirigirse de arriba hacia abajo.
Limpieza de la cara interna de los dientes
Pasando hacia la cara interna de los dientes, la limpieza de esta zona es fundamental: por ser un área de acceso difícil, debemos tomar el doble de tiempo (allí es más fácil que se acumulen restos de comida y suciedad).
Así, la cara interna debe cepillarse desde el límite entre los dientes y la encía hacia el borde libre, con un movimiento de barrido que se logra mediante un giro de la muñeca; pero, en este caso, el ejercicio habrá de repetirse varias veces en cada sector y por mayor tiempo.
Cara masticadora
Finalmente, pasamos a la llamada “cara masticadora”: en tal área se hallan los premolares molares, que sirve para triturar los alimentos. Allí se inicia, habitualmente, el problema de la caries y, por lo tanto, debe ser atendida con cuidado. Es recomendable aplicar un esmero especial en su limpieza y cepillar las caras internas por varios minutos. Los movimientos deben ser circulares para abarcar más lugares y lograr la penetración de las cerdas en surcos y fisuras. Tomarse el tiempo necesario.
En fin, seguramente quiénes piensan que un manual para cepillarse los dientes, significa un texto obsoleto también entienden como inútil un compendio de “Instrucciones para subir una escalera”. Y, pobre de ellos, pues, amén del problema de la caries, la verdad es que se pierden una de las mejores obras literarias de Julio Cortázar.