Sus frecuentes desvíos hacia los arbustos es sorprendente hasta que llega el momento en que entiendes que la causa es debida a la falta de control de la vejiga o de los intestinos, en otras palabras incontinencia.
La incontinencia es la pérdida involuntaria de orina o heces, tan significativa que llevar a cabo las actividades cotidianas sin viajes frecuentes al baño es sumamente complicado.
Tan solo en los Estados Unidos, unos 32 millones de hombres y mujeres tienen algún grado de incontinencia.
Para las mujeres, la incontinencia es un resultado común pero raramente discutido del parto y de la crianza. En los hombres, la incontinencia es a menudo un efecto secundario del tratamiento para los trastornos de la próstata.
Muchas cosas pueden funcionar mal en el complejo sistema que nos permite controlar la micción. en las mujeres, los músculos de apoyo en la vejiga o en la uretra (el conducto a través del cual fluye la orina) puede debilitarse durante el parto, causando fugas de orina al toser incluso al reír.
En los hombres, el flujo normal de orina a través de la uretra puede estar parcialmente bloqueado por el agrandamiento de la próstata o por los tratamiento relacionados con la próstata.
La acumulación de la orina en la vejiga causa lo que se denomina incontinencia por desbordamiento, condición que analizare en profundidad más adelante.
Tanto en los hombres como en las mujeres, los daños en los nervios, así como el debilitamiento de los músculos por envejecimiento también pueden interrumpir la función normal del sistema urinario.
Del mismo modo, el daño a los nervios y a los músculos que controlan el esfínter anal pueden resultar en pérdidas fecales.
El tratamiento de la incontinencia depende de sus causas. Los tratamientos incluyen ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, gestión de líquidos, medicamentos y cirugía.
Para las personas con incontinencia urinaria, el control de los líquidos es sin lugar a dudas el primer paso a dar.
Puede utilizarse en combinación con otros tratamientos. Las siguientes directrices pueden ayudarte a controlar tu consumo de líquidos:
Trata de llevar un control de la cantidad de líquido que bebes a diario, así como la hora.
Intente beber sólo cuando sientas sed y no exceder de seis a ocho vasos de 8 onzas de líquido al día de todas las fuentes, incluyendo sopa o leche en tu cereal.
A menos que tengas una condición médica que requiere más.
Ten en cuenta que una taza de 8 onzas es igual aproximadamente a los dos tercios de una lata de refresco estándar.
No beber más de 8 onzas a la vez.
Bebe con calma. Mientras más rápido se llena la vejiga, más probable es que sientas urgencia por orinar.
Minimiza tu consumo de bebidas que contienen cafeína y/o gaseosas.
Disminuye o eliminar el consumo de alcohol.
Si tienes sed porque hace calor o has hecho ejercicios, no dudes en beber agua.
Llena el vaso sólo 2/3 llena como suelen hacerlo. Un estudio demostró que esta técnica sola ayudó a reducir los episodios de incontinencia.
Tipos de incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria se clasifica por el tipo de problema y, en menor medida, por las diferencias en los síntomas.
1. Incontinencia de esfuerzo: Si hay fugas de orina al saltar, toser o reír, tienes incontinencia por estrés.
Cualquier esfuerzo físico que aumenta la presión abdominal también ejerce presión sobre la vejiga. La palabra estrés se refiere realmente a la tensión física asociada con la fuga.
Aunque puede ser emocionalmente traumático, el problema no tiene nada que ver con la emoción. A menudo la fuga es solamente una pequeña cantidad de orina.
En casos más severos, la presión ejercida debido a que la vejiga esta llena supera la capacidad del cuerpo para retener la orina. La fuga se produce sin contracción de los músculos de la vejiga y sin sentir deseos de orinar.
La incontinencia por esfuerzo se produce cuando el esfínter uretral, los músculos del piso pélvico o ambas estructuras están debilitadas o dañadas y son incapaces para retener la orina.
Se divide en dos subtipos.
a. Hipermovilidad uretral: la vejiga y la uretra se desplazan hacia abajo debido a la presión abdominal y la uretra carece de soporte que la comprima, de tal forma que permanezca cerrada para evitar la salida de la orina.
b. Deficiencia intrínseca del esfínter: Problemas en el esfínter urinario interfieren con el cierre hermético, permitiendo la apertura del esfínter cuando se ejerce presión sobre él.
Muchos expertos creen que las mujeres que han dado a luz por vía vaginal tienen más probabilidades de desarrollar incontinencia por esfuerzo, porque el parto ha estirado y posiblemente ha causado daño en los nervios y en los músculos del suelo pélvico.
Por lo general, mientras más grande es el bebé, más tiempo de parto requiera, a mayor edad de la madre y a mayor número de nacimientos, las probabilidades de padecer incontinencia urinaría se incrementarán de forma notable.
La edad es asimismo un factor que influye en la incontinencia. Con el envejecimiento, se debilitan los músculos del suelo pélvico y de la uretra, de tal forma que la menor presión sobre la uretra, permite que se abra con las consiguientes fugas.
El estrógeno también puede desempeñar un papel, aunque no está claro que tanto afecta. Muchas mujeres no experimentan síntomas hasta después de la menopausia.
En los hombres, la causa más frecuente de incontinencia por estrés es el daño en el esfínter urinario causado por cirugía de próstata o una fractura pélvica.
Las afecciones pulmonares que causan tos frecuente, tales como enfisema y fibrosis quística, también pueden contribuir a la incontinencia en las personas.
2. Incontinencia por vejiga hiperactiva: Si sientes muchas ganas de orinar a pesar de que la vejiga no esta llena, la incontinencia podría estar relacionada con vejiga hiperactiva, a veces llamada también incontinencia imperiosa.
Esta condición se presenta en hombres y mujeres e implica una abrumadora urgencia de orinar inmediatamente, con frecuencia seguido de pérdida de orina antes de poder llegar al cuarto de baño.
La urgencia y frecuencia urinaria pueden interferir con el trabajo y con la vida social debido a la necesidad imperiosa de salir corriendo al retrete.
La urgencia es causada cuando el músculo de la vejiga, el músculo detrusor, comienza a contraerse y señala la necesidad de orinar, aún y cuando la vejiga no está llena completamente. Otro nombre para este fenómeno es la hiperactividad del detrusor.
La vejiga hiperactiva puede ser debida a problemas físicos que impiden que el cuerpo sea capaz de detener las contracciones musculares involuntarias de la vejiga.
Estos problemas incluyen daños en el cerebro, la espina dorsal o a los nervios que se extiende desde la espina dorsal a la vejiga, debidos a, por ejemplo, accidentes, diabetes o enfermedad neurológica.
Las sustancias irritantes dentro de la vejiga, tales como las producidos durante una infección, también pueden hacer que el músculo de la vejiga se contraiga.
A menudo no hay ninguna causa identificable para la vejiga hiperactiva, pero las personas somos más propensas a desarrollar el problema a medida que envejecemos.
Las mujeres postmenopáusicas, en particular, tienden a desarrollar esta condición, tal vez debido a los cambios relacionados con la edad en el recubrimiento de la vejiga y el músculo.
Las mujeres afroamericanas con incontinencia urinaria son más propensas a reportar síntomas de vejiga hiperactiva que la incontinencia de esfuerzo. En las mujeres blancas es todo lo contrario.
Una afección llamada síndrome de dolor pélvico miofascial se ha identificado con síntomas que incluyen la vejiga hiperactiva acompañada de dolor en el área pélvica o una sensación de dolor, pesadez o ardor.
Además, las infecciones de las vías urinarias, la vejiga o la próstata pueden causar urgencia temporal.
La obbstrucción parcial de las vías urinarias por un piedra de vejiga, un tumor (raramente). O, en los hombres, un agrandamiento de la próstata (condición conocida como hiperplasia prostática benigna o BPH) puede causar urgencia, aumento en la frecuencia y algunas veces incontinencia de urgencia.
La cirugía para el cáncer de próstata o para tratar la HPB puede desencadenar los síntomas de vejiga hiperactiva, así como el tratamiento por radiación (braquiterapia) para el cáncer de próstata.
Las enfermedades neurológicas (como la enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple) también pueden causar incontinencia de urgencia, así como un accidente cerebrovascular.
Los pacientes hospitalizados tras un accidente cerebrovascular, entre un 40% a un 60% padecen de incontinencia; al momento de ser dados de alta, el 25% todavía padece incontinencia y un año más tarde, el 15% sigue padeciendo dicho problema.
3. Incontinencia mixta: Si tienes síntomas de vejiga hiperactiva y de incontinencia por esfuerzo, es probable que tengas incontinencia mixta, o sea, una combinación de ambos tipos de incontinencia.
La mayoría de las mujeres con incontinencia padecen el tipo de incontinencia mixta, una situación complicadísima.
La incontinencia mixta también se puede dar en los hombres que han pasado por el quirófano por problemas relacionados con el agrandamiento de la próstata o para la extirpación de próstata, así como también en personas mayores dependientes de ambos sexos.
4. Incontinencia por desbordamiento: Si la vejiga nunca se termina de vaciar, podrías sufrir fugas de orina, con o sin sentir la necesidad de ir al retrete.
El desbordamiento por incontinencia se produce cuando hay un bloqueo que impide el flujo normal de la orina fuera de la vejiga, como en el caso de agrandamiento de la próstata que obstruye parcialmente la uretra.
También puede ocurrir tanto en hombres como mujeres, si el músculo de la vejiga se vuelve hipoactivo (exactamente todo lo contrario que la vejiga hiperactiva) por lo que no sientes ganas de orinar.
Eventualmente la vejiga se llena o se distiende, presionando para que la uretra se abra, facilitando la salid de la orina.
La vejiga en ocasiones puede sufrir contracciones al azar, causando fugas. Esta condición está a veces relacionada con diabetes o enfermedad cardiovascular.
Los hombres son diagnosticados con incontinencia por desbordamiento mucho más frecuentemente que las mujeres porque a menudo es causada por condiciones relacionadas con la próstata.
El agrandamiento de la próstata, además de otras posibles causas de obstrucción de la orina incluyen tumores, cálculos en la vejiga o tejido cicatricial.
Si una mujer tiene prolapso severo en el útero o en la vejiga (el prolapso es cuando el órgano ha salido de su posición correcta), su uretra puede que este doblada como una manguera de jardín, interfiriendo con el flujo de orina.
Los daño a los nervios (debido a causas como lesiones, parto, cirugías anteriores o enfermedades como diabetes, esclerosis múltiple o culebrilla) así como el envejecimiento a menudo evitan que el músculo de la vejiga se contraiga normalmente.
Los medicamentos para prevenir la contracción del músculo de la vejiga o que te impiden sentir la urgencia de orinar también pueden resultar en incontinencia por desbordamiento.
5. Incontinencia funcional: Si el tracto urinario funciona correctamente pero otras enfermedades o discapacidades te impiden mantenerte seco, tienes lo que se conoce como incontinencia urinaria funcional.
Por ejemplo, si una enfermedad te vuelve inconscientes o indiferentes acerca de la necesidad de encontrar un retrete, sufrirías incontinencia. Medicamentos, demencia o enfermedades mentales pueden disminuir la conciencia sobre la obligatoriedad de encontrar un baño.
Incluso si tu sistema urinario funciona bien, puede ser extremadamente difícil que puedas evitar un accidente si no logras llegar al inodoro a tiempo.
Esta condición puede afectar a cualquier persona con una condición que dificulta excesivamente la capacidad de llegar al baño y no poder bajarse la ropa interior a tiempo. Problemas tan diversos como la artritis, estar hospitalizado o tener un baño ubicado demasiado lejos.
Si un medicamento (por ejemplo, un diurético utilizado para tratar la hipertensión arterial o insuficiencia cardíaca) ocasiona que produzcas cantidades anormalmente elevadas de orina, podrías desarrollar incontinencia que requiera un cambio en el tratamiento. Si la mayoría de las veces orinas por la noche, el resultado podría ser incontinencia nocturna o enuresis nocturna.
6. Incontinencia refleja: Ocurre cuando el músculo de la vejiga se contrae y ocurren fugas de orina (a menudo en grandes cantidades) sin previo aviso.
Puede ocurrir como resultado del daño a los nervios que normalmente advierten del cerebro que la vejiga está llena.
La incontinencia refleja generalmente se da en personas con deterioro neurológico grave como la esclerosis múltiple, lesiones medulares, otras lesiones o daños del tratamiento con cirugía o radiación.
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Jacobo
Temas sobre salud, las enfermedades en la sociedad actual