En la adolescencia se empieza a aumentar el consumo de alcohol considerablemente en la mayoría de los jóvenes, sin embargo, muchos, ni siquiera sus padres, tienen en cuenta los efectos negativos y las secuelas que tiene empezar a beber alcohol a esta edad, sobre todo en lo que a largo plazo se refiere.
Así es, el consumo de alcohol desde una temprana edad e incluso en la adolescencia tiene consecuencias bastantes negativas en la salud, en concreto para el buen desarrollo del cerebro. A esta conclusión ha llegado un estudio de la Escuela de Medicina desarrollado en la Universidad de Duke, en Estados Unidos, y del que se ha hecho eco la prestigiosa revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research.
Las conclusiones finales de este estudio destacan que el consumo de alcohol en proporciones grandes tiene efectos dañinos en la zona cerebral que controla la memoria de larga duración así como en la zona responsable del aprendizaje. Esto afecta directamente al pleno desarrollo del cerebro, el cual todavía se encuentra en crecimiento durante la adolescencia.
El problema es que legalmente, a partir de los 18 años un adolescente pasa a ser un adulto y por lo tanto ya puede tomar alcohol con normalidad, sin embargo el cerebro no termina de crecer y desarrollarse hasta los 20 años, según explica Mary-Louise Risher, quien ha sido una de las autoras de este estudio, por ello resulta perjudicial para el cerebro el consumo de alcohol a tan temprana edad, por no hablar de aquellos jóvenes que todavía empiezan antes a probar el alcohol, el daño es todavía mayor.
El estudio que los investigadores realizaron consistía en usar ratas jóvenes las cuáles sometieron a distintos niveles de alcohol durante el transcurso de dieciséis días. Esto se hizo durante el periodo en que las ratas se encontraban en su edad adolescente. Una vez transcurridos estos días las ratas no recibieron mas alcohol y se les permitió crecer hasta la edad adulta durante un mes, que es lo que tardan. Los investigadores se encargaban de medir un mecanismo celular que se conoce como potenciación a largo plazo (LTP) que se encarga de la memoria.
Lo que pudieron observar estos investigadores a cargo del estudio fue lo siguiente: se observó un cambio estructural en las células nerviosas del hipocampo, además de presentar un LTP inactivo. Por si esto no fuera poco, las espinas dendríticas (que se encargan de producir las sinapsis de las neuronas) se mostraban inmaduras, con un aspecto desgarbado y largo (las espinas dendríticas que están maduras son cortas y tienen un aspecto parecido al de una seta).
En cuánto al LTP hiperactivo también resulta algo muy perjudicial, los animales que tienen un LTP hiperactivo dejan de aprender mecanismos con el tiempo. El cerebro debe estar en equilibrio en cuánto a la excitación e inhibición, si la balanza se cae sobre un lado entonces los circuitos cerebrales dejan de funcionar correctamente y se producen fallos, según Scott Swartzwelder, otro de los autores de este estudio sobre el impacto del alcohol en los adolescentes.
Por último, Risher apuntó que "Es muy posible que el alcohol altere el proceso de maduración de los circuitos cerebrales, lo que puede afectar a la función cognitiva más adelante".
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