La cistitis es un problema molesto y muy común, ¿sabías que se produce en al menos el 60% de las mujeres en algún momento de su vida? ¿Y que es aproximadamente 50 veces más común en mujeres adultas que en hombres? Esto es debido básicamente a que nuestros órganos genito-urinarios son internos y a que la uretra femenina es más corta y esto hace mas fácil que las bacterias asciendan hasta la vejiga.
¿Sabes cómo ocurre una infección?
Primero se produce la colonización de los “tejidos periuretrales”, que es la parte mas externa de la uretra (donde hacemos pis), tras lo cual, las bacterias llegan a la uretra, se adhieren a paredes de la vejiga y proliferan internamente. Las compresas convencionales (hechas mayoritariamente de plásticos), la ropa interior de tejido sintético (sumado a los pantalones ajustados que no dejan respirar nuestra vulva) favorecen la proliferación de estas infecciones.
Ilustración de Conrad Roset
La infección de orina puede manifestarse en distintos grados, desde un leve ardor al hacer pis hasta un dolor intenso con sangrado. Suelen tratarse con antibiótico debido a que es producida por una bacteria, Escherichia coli (E. coli) y la recurrencia es una preocupación importante. En muchos casos semanas o meses después de acabar el tratamiento antibiótico, los síntomas vuelven a aparecer y la recomendación vuelve a ser tratamiento antibiótico.
Los factores de riesgo que nos predisponen a infecciones urinarias recurrentes son:
– las relaciones sexuales,
– el uso de anticonceptivos,
– la resistencia a los antibióticos,
– la menopausia,
– predisposición genética
– la virulencia bacteriana.
Esta recurrencia preocupa enormemente tanto a mujeres como a profesionales médicos, porque la sensación generalizada es que “hay algo que no está funcionando”. Quizás abordar estas infecciones unicamente con medicamentos sin plantear cambios en la alimentación y el estilo de vida sea lo que hace que las infecciones vuelvan a aparecer una y otra vez.
Los tratamientos con antibiótico tienen eficacia inmediata, pero también efectos secundarios a medio/largo plazo, tales como super-infección por hongos (candidiasis oral o vaginal) e infecciones gastrointestinales, en particular Clostridium difficile.
El arándano como alternativa
Si has probado otras alternativas, seguramente hayas oído hablar que los arándanos (zumo de arándanos ) puede ayudar a superar una cistitis, pero ¿es realmente cierto?
Existen numerosos estudios científicos que indican que el arándano puede ayudar sobre todo en los casos de infecciones de repetición. Las proantocianidinas, que les confieren ese color morado, le aportan propiedades antiinflamatorias, antitumorales y son todo un aliado de nuestro sistema circulatorio.
Está demostrado que el principio activo de los arándanos actúa dificultando que la Escherichia coli uropatógena forme una película en las paredes del conducto urinario. Por lo que sí funciona, aunque su eficacia cuando se consume en zumo es mas baja que la de los antibióticos. Para el caso de las cápsulas o de arándano en polvo habría que cuantificar cuanto principio activo contiene para determinar su eficacia.
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